Deportes

REFLEXIONES DEPORTIVAS

24 de marzo de 2021

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COMO TE EXTRAÑO

Por Ing. Pedro Vásquez

En este año y pico que llevamos de pandemia se han desvanecido muchos planes, hemos compartido, muy poco, con nuestros familiares y amigos, extrañamos el deporte, que vivimos en los estadios, y el que practicamos a nivel aficionado. Por lo tanto, añoramos las celebraciones con chocadas de mano, abrazos, apretones, brindis y hacen falta también, para drenar el amargo sudor de las derrotas, las discusiones sobre los yerros cometidos, las quejas con los árbitros, los reclamos entre compañeros de equipo y los saludos respetuosos con los rivales.

Foto/La Nació- Daniel Gutiérrez, Carlos Morris y Guillermo Araujo jugadores del quinteto aurinegro.

También, en esta fatídica temporada, que se inició a mediados de marzo del 2020, han abandonado el plano terrenal varios familiares y amigos que echamos de menos, que de vez en cuando se aparecen en nuestra mente y que en nuestras plegarias siempre están en la punta de la lengua. Frecuentamos sitios donde los conseguíamos y se siente el vacío; no hay saludos de puño, ni sonrisas con los ojos, mientras hablamos, con el tapaboca puesto. Nos hacen falta para conversar, para celebrar las victorias virtuales, para desahogar las penas afrontadas ante la escasa calidad de vida o simplemente para darle a la jerga.

Ciertamente, en medio de este contexto, la nostalgia es una compañera inminente; sobre todo cuando algunas noticias deportivas, recibidas por las redes sociales o los medios tradicionales, provocan el rebobinado de nuestra memoria y la búsqueda de los recortes de prensa y las fotos amarillentas, que ya se despegaron del álbum, para evocar momentos vividos y disputados en el deporte.

Como muestra de esta situación, leí que en pocos días se inicia la segunda edición de la Superliga de baloncesto venezolano, con la participación de 18 equipos, divididos en dos conferencias y jugando en dos escenarios, debidamente acondicionados con las normativas de bioseguridad, de los que internacionalmente se denominan “burbujas”. Al revisar un poco más la información, la nostalgia brota y en la punta de la lengua se asoma un término soez; pues resulta que hay presentes 12 entidades federales, el estado Táchira no figura, y geografías, con menos tradición baloncestista, como Falcón, Guárico y Monagas son de la partida.

Seguidamente la inquieta memoria, en ese rebobinado involuntario y creativo, busca nuestra última participación profesional en los tabloncillos criollos y el carrete se detiene, en el año 2007, cuando el Deportivo Táchira asumió el reto y se sumó junto a Gigantes de Guayana a la expansión de la Liga Profesional Venezolana (LPV). El cuerpo técnico lo encabezaba Carlos Gil, la gerencia deportiva Tomás Morris. Por marzo del 2008 inició su participación con un solo jugador del patio, el novato Daniel Gutiérrez, a quien nunca se le dio la confianza absoluta para pilotear al aurinegro.

A inicios del 2009, se anunció la mudanza de la franquicia a La Guaira, debido, según la gerencia, a la baja receptividad del equipo en la ciudad de San Cristóbal; aunque esto en parte es cierto, algunas lenguas, vinculadas al entorno del equipo, dejaron asomar que esta mudanza estaba fríamente calculada; pues invitados que rindieron como Darius Lane y Guillermo Araujo, fueron dados de baja, desconociéndose las razones, y había público interés, en La Guaira, por tener una franquicia con la venia de la mayoría de los equipos que tienen su sede en la región centro-oriental del país.

El baloncesto profesional lo añoramos, extrañamos el Arminio Gutiérrez Castro con sus gradas de madera que acompañaban armoniosamente cada cesta local e intimidaban al rival, extrañamos la plaza de toros, llena hasta la bandera, albergando más de 20 mil almas. Como te extrañamos, como haces falta para que el interés por el básquet estudiantil se incremente, para que sirvas de inspiración a tantos muchachos con cualidades técnicas para la práctica del baloncesto, para que sirvas de plataforma del orgullo deportivo aurinegro.

Extrañamos el baloncesto profesional para discutir, para brindar con los amigos, tanto en las victorias como en las derrotas, para tener una buena excusa, para justificar la compra de la goma y pegar las fotos, para poder sonreír, con o sin tapaboca, para que no se queden las palabras en la punta de la lengua, para no tener que resetear con tanta frecuencia los recuerdos de un pasado basquetero exitoso. Amigo, familia, baloncesto, como te extraño.