Economía
Economista Dilio Hernández: “Se vislumbra un crecimiento que permita a todos un mínimo para vivir más dignamente”
3 de enero de 2024
“2024 será un año que podríamos enmarcar en la llamada Economía de la Esperanza, con un crecimiento que permita a todos un mínimo para vivir dignamente, por supuesto con las especificidades particulares del caso venezolano”. Con esta positiva aseveración, el economista Dilio Hernández nos dio su perspectiva en materia económica para este año que recién comienza.
Humberto Contreras
—Por primera vez en los últimos 10 años –asegura-, existe una real oportunidad para encontrar un punto de inflexión que rompa el comportamiento negativo de los principales indicadores macroeconómicos y financieros que produjeron la crisis económica más grave del periodo democrático, de no producirse alteraciones inesperadas en las expectativas generadas por los cambios en contexto nacional e internacional.
Señala el director del Centro de Investigaciones y Análisis Prospectivo (CIAP) que 2024 se presenta con grandes expectativas, esperanzas e interrogantes en el escenario económico y político del país, en el marco de un proceso electoral determinante para la gobernanza del modelo democrático y su futuro, con impacto directo en el desarrollo de los demás escenarios.
Todo bajo un complejo y dinámico panorama, dice, condicionado por factores internos y externos que deberán articularse para garantizar la estabilidad y sobrevivencia del sistema político, en lo que podríamos calificar como una de las pocas ventanas abiertas de la debilitada democracia venezolana.
“En el escenario económico, la mayoría los principales indicadores macroeconómicos y financieros gravitarán sobre el futuro de variables como la eliminación definitiva de las sanciones internacionales, la reactivación de la industria petrolera y gasífera, el diseño de una política económica expansionista y de estabilización macroeconómica coherente y sistémica, para superar la recesión estructural, la inflación y la devaluación persistente”.
Indica que el petróleo continúa siendo el soporte del crecimiento económico del país y su evolución será determinante en la reactivación de los demás sectores, y responsable de la principal fuente del financiamiento público, pues representa más de 60 % del presupuesto nacional de 2024, y entre 75 y 80 % del ingreso por exportaciones.
Explica que este rol protagónico del petróleo seguirá haciéndonos vulnerables a los cambios que se producen en el mercado internacional, sensible tanto a los factores propios del mercado petrolero, como a los conflicto políticos y económicos del complejo relacional internacional, Ucrania-Rusia e Israel-Palestina, el estancamiento económico chino y las tensiones comerciales China-USA, entre otros.
Economía de la Esperanza
Este año puede significar un punto de inflexión real en la evolución negativa de la economía de los últimos 10 años, dice Hernández, que nos colocó como la segunda economía más miserable del mundo, superados solo por Zimbawe.
2024 podría calificarse como “La economía de la esperanza”, enfatiza, anclada en la flexibilización de la política de sanciones internacionales, ampliación de la actividad petrolera internacional, Chevron, Repsol, ENI y las negociones políticas para la realización de las elecciones nacionales amplias y participativas a final del año.
De mantenerse las expectativas en el comportamiento de estas variables, incluido el componente político, es muy probable que tengamos un año con un crecimiento moderado, pero estable, en los indicadores retrospectivos y prospectivos supeditados a la restitución de la credibilidad internacional del país como actor político y económico, la recuperación moderada de la industria petrolera y gasífera con la participación de empresas internacionales como Chevron, Repsol y ENI, el diseño y ejecución de una política macroeconómica más realista, centrada en la reactivación del aparato productivo, el control de la inflación, la estabilización de la política monetaria y cambiaria, control del gasto público improductivo y acceso al financiamiento internacional.
Mejoran los indicadores
Asegura el experto que la evolución de los principales indicadores retrospectivos mostrará una tendencia a mejorar; el PIB pudiera alcanzar un crecimiento de entre 7 y 10 %, apuntalado por la recuperación de la producción de la industria petrolera, estimada entre 15 y 20 %, para elevar su producción a entre 900 y 1 millón de barriles diarios, y exportaciones de entre 700 y 750 mil b/d.
El sector no petrolero crecerá entre 5 y 7 %, estimulado por una muy probable recuperación de la demanda interna, como consecuencia de la reactivación petrolera, el incremento del gasto público en un año electoral, que eleva el presupuesto con los créditos adicionales de 2024, a más de 80 % en relación con 2023 y la probable flexibilización de la política monetaria y fiscal para impulsar sectores debilitados como la agroindustria y el comercio no importador.
La inflación seguirá sobre tres dígitos, determinada por factores como política de emisión de dinero inorgánico por el BCV, para financiar el gasto público, la reducción del gasto público improductivo, restricción del crédito bancario, la política laboral centrada en los bajos salarios públicos y la política cambiaria de dolarización de facto, entre otros.
Si no se producen virajes drásticos, la inflación acumulada al final del año estará entre 120 y 150 %, y la interanual entre 200 y 250 %.