Economía
La severidad de la pobreza en el país tocó techo impactando en 94,5% de la población
29 de septiembre de 2021
De acuerdo con las 14.000 encuestadas realizadas por Encovi en todo el territorio nacional, el consumo de alimentos ha caído en el último año entre 2% y 13%, principalmente en los sectores donde la pobreza es mayor
La Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), presentó este 29 de septiembre, los resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) del 2021; la cual da cuenta de un país más pobre, con menos población, con serios problemas de educación y acceso a la salud.
En una exposición presencial en el campus de la UCAB, el rector Francisco José Virtuoso mostró su satisfacción por el éxito que ha tenido el estudio a lo largo de siete años, que se ha convertido en referencia nacional e internacional.
La geógrafa Anitza Freitez, experta en estudios de población, como coordinadora de la Encovi hizo la exposición general de la investigación que implica un cuestionario de 800 preguntas. Destacó la pérdida de capacidad institucional del Estado venezolano para responder a las necesidades de los sectores sociales más vulnerables, incluyendo los migrantes, sobre los que también la Encovi arroja datos.
Luis Pedro España, exdirector del Instituciones de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES-UCAB) ofreció detalles del estudio de Encovi 2011 en las áreas de empleo pobreza y desigualdad programas sociales y consumo de alimentos. Explicó que en el país aumentó la severidad de la pobreza, los hogares se alejaron de la posibilidad de superarse y ha continuado creciendo la pobreza extrema.
«En 2021, 94,5% de la población en Venezuela estaba en situación de pobreza y 76,6% en pobreza extrema». Desde el año pasado, según el índice compuesto de pobreza multidimensional solo ha aumentado 0,4 y España explica que con esta cifra se llegó al techo de la pobreza.
Sin embargo, Luis Pedro España explica que aunque los venezolanos quieren superarse, la fórmula no depende de ellos sino del Estado, que debe convertirse en productor. Agrega que «en Venezuela no hay dónde trabajar», pero existen ocho millones de personas que si tuviesen un empleo trabajarían y que, en la actualidad, en el país solo trabajan 7.600.000 personas.
En 2021, los venezolanos son más desiguales por ingresos. El ingreso de los hombres es 17,7% mayor que el de las mujeres, pero sigue siendo insuficiente. Un hombre puede ganar $1,23 por hora y una mujer $1.05 por hora. El promedio semanal de horas trabajadas es de 38 horas para los hombres frente a 33 para las mujeres; por lo que ese 15% de dedicación de más horas por los hombres puede explicar que su remuneración sea mayor; mientras que las mujeres no solo deben trabajar sino dedicarse a las labores domésticas, cuidado de los niños y personas de la tercera edad; lo que hace que las mujeres sean menos competitivas.
Caída del consumo de alimentos
De acuerdo con las 14.000 encuestadas realizadas por Encovi en todo el territorio nacional —menos en Amazonas y Delta Amacuro— el consumo de alimentos ha caído en el último año entre 2% y 13%, de acuerdo con el estrato social.
La seguridad alimentaria se sigue deteriorando y va en aumento. Hubo un aumento de 3,5% de los hogares que reportaron caída en el consumo de alimentos. Quienes en 2020 decían que se saltaban alguna comida pasaron a inseguridad alimentaria severa, dado que aumentó 1,2 puntos. 24,5 de los consultados están en inseguridad alimentaria severa.
Los estratos redujeron su gasto en alimentos. El estrato más pobre fue el que más redujo su gasto en alimentos (13,3%).
El sociólogo Luis Pedro España explicó que para salir de la pobreza extrema a la no extrema, el bono mensual por persona tendría que ser de $16, seis veces más su valor promedio actual.
Refuerzo de las inequidades
Para este último período escolar se reforzaron las inequidades educativas. Los dos grupos más afectados son la población de 3 a 5 años y la de de 18 a 24 años.
A los más pequeños se les redujo el acceso a la educación inicial y con ello el apresto que se brinda para el desarrollo de competencias básicas para la continuidad del proceso formativo; y a los jóvenes en edad universitaria se les reduce el acceso a la enseñanza, en este sector. «Hay una movilidad desde la educación privada imposible de atender por las instituciones públicas», precisa el informe de Encovi.
La exclusión es mayor entre los hombres jóvenes, quienes están en inactividad y desempleo porque se busca maximizar el aprovechamiento de su fuerza de trabajo para compensar la merma de los ingresos escolares. «Es alto el costo de oportunidad de permanecer estudiando», enfatiza el estudio.
En cuanto al Programa de Alimentación Escolar (PAE), Encovi encontró que la atención a los estudiantes bajó ampliamente: en 2020, 65% de los consultados eran atendidos, mientras que este año solo 19% recibieron este beneficio. El año pasado se atendían cerca de 4,5 millones y en 2021 cayó hasta 1,3 millones de escolarizados, que reportan que en su escuela funciona el PAE.
Las exposiciones completas de los expertos puede verlas aquí.