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23 de abril de 2024
Los expertos consultados por Diario La Nación explicaron parte de las causas que han frenado el crecimiento de la economía
Diego Mendoza
La economía venezolana experimentó durante el 2022 una recuperación cuyo crecimiento estuvo en torno al 10 % anual, un dato que sorprendió a muchos pero que demostró tener poca vigencia.
Luego del tercer trimestre del pasado año, la economía volvió a mostrar sus debilidades, registrándose una desaceleración pronunciada que ha mantenido su efecto incluso en este primer bimestre de 2023.
Datos como la inflación, que entre enero y febrero acumula un alza de 67,7 %, según el Observatorio Venezolano de Finanzas, y una caída en las ventas que podría estar en torno a 35 %, según Consecomercio, sirven para dibujar el actual panorama.
Bajo estas circunstancias, con el propósito de hacer un examen que permita comprender las causas que provocaron esta desaceleración y cómo ha impactado a las empresas, Diario La Nación conversó con Jesús Palacios Chacín, economista, senior de Ecoanalítica, y con Alejandro Guzmán Woodroffe, abogado, experto en negocios y políticas públicas.
Contexto económico
Para analizar el contexto actual, el economista Jesús Palacios considera importante tener en cuenta “el descalabro cambiario con el que cerró 2022, pasando de 8 a 24 bolívares por dólar” en el mercado del Banco Central de Venezuela (BCV).
Esto hecho “generó lo que en economía se conoce como ‘efecto pass thru’, es decir, cómo esa variación en el tipo de cambio termina impactando en el poder de compra del venezolano”, señaló Palacios.
Así mismo, agregó los efectos que ha tenido el retorno de una inflación por el orden del 25 % a 30 %, desde los últimos meses del año pasado: “Esto al final incide en un grupo grande de la población cuyos ingresos son en bolívares, y que cuando se lleva a la referencia del dólar, se evidencia aún más la pérdida del poder de compra”.
De manera que, para el economista, lo percibido en el primer bimestre del año es la tendencia con que finalizó 2022, puesto que incluso en diciembre, fecha en que por lo general aumenta el consumo, y aparte donde en esta oportunidad hubo la celebración de un Mundial de fútbol, se terminó registrando un descenso en las ventas.
“En este momento, más que una desaceleración lo que estamos experimentando es una contracción. Aún así, aspiramos que 2023 tenga un cierre positivo, por supuesto que mucho más moderado, en torno al 5 % o 6 %”, sugirió Jesús Palacios.
Impacto sobre las empresas
Este panorama sin lugar a dudas trae consecuencias sobre el consumidor, pero también sobre el empresario, que ve una reducción de sus ventas que sostenida en el tiempo puede conllevar a quebrantos.
Sobre este punto, Alejandro Guzmán señala que “en términos generales, las empresas venezolanas en los últimos años han logrado hacer frente a escenarios con distintas características, desde vivir una hiperinflación hasta un 2022 donde se experimentó cierta recuperación”.
“Sin duda que las empresas que mejor pueden hacer frente a una realidad económica como la que estamos viviendo, son las que se planifican tanto financiera como estratégicamente hablando”, añade Guzmán, que su vez hace énfasis en la necesidad de “manejar un flujo de caja sano y un nivel de cuentas por cobrar relativamente estable”.
El experto en negocios y políticas públicas trajo a colación, además, el efecto perjudicial que está teniendo la voracidad fiscal sobre las empresas.
Según datos del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat), entre enero y febrero, el organismo habría aumentado su recaudación hasta un 36 % en comparación con el mismo periodo del año anterior.
“El aumento desmedido de la presión fiscal es totalmente contraproducente porque impide el desarrollo de las empresas, sobre todo de las pequeñas y medianas”, asegura Guzmán. Observación esta que comparte con Jesús Palacios, quien advierte que “las municipalidades son las que más han aumentado los impuestos”.
Esta política impositiva, en un contexto donde la capacidad de compra es tan reducida, y donde a la par el Gobierno ha decidido disminuir o eliminar aranceles a ciertos bienes importados, termina por crear una competencia desigual donde los afectados son los productores locales, asientan ambos expertos.
El acceso al crédito
Una de las principales quejas de empresarios y consumidores en el país, es la restricción del crédito que mantiene el Estado, para quien su expansión iría en contra del objetivo de reducir la inflación.
En tal sentido, Jesús Palacios ve complicado que en corto plazo se acepte una flexibilización. “Creo que seguirá siendo un bien muy escaso, y en este sentido, actualmente, estamos probablemente al 10 % de las necesidades de financiamiento del sector privado”.
“Incluso, si se liberase el encaje bancario, quedando al 5 %, con la cantidad de bolívares y dólares depositados en la banca, se llegaría a una cartera de crédito de apenas 2.000 millones de dólares”, acotó el economista.
Un dato relevante, puesto que si “en la región, las carteras de crédito al sector privado representan más o menos el 40 % del Producto Interno Bruto (PIB), en Venezuela estas apenas llegan a ser equivalente a entre 2 y 3 %, y esto si se suman los créditos en el exterior al que se tiene acceso por ciertos bancos”.
Recomendaciones para empresarios y emprendedores
Ante un escenario tan difícil de sortear, Alejandro Guzmán hace referencia a la importancia que tiene realizar un estudio de mercado.
“El consumo va a estar, haya frenazo o no, lo que puede variar son los niveles de demanda. Por lo que un estudio de mercado sirve para estar preparado, teniendo en cuenta varias características y señales de la economía”.
Ahora mismo, “se sabe que más del 80 % de los venezolanos gana menos de 300 dólares mensuales, y que cuando se le consulta por sus preferencias de consumo se entiende están enfocadas a alimentación y salud, de allí que el empresario debe ingeniarse la manera de atender estas necesidades de manera eficiente y oportuna”, señaló.
A su vez, aconsejó tener en cuenta dos puntos: primero, “el entorno tecnológico actual, donde el consumidor demanda interacción digital, y esto tiene que ver con comercio digital, redes sociales, desarrollo web y de aplicaciones, que es algo de lo cual no todos disponen”.
Y segundo, “tener presente que en los últimos tres años se ha observado cómo de manera permanente el consumidor venezolano cambia de preferencias, que van desde la marca que consume, la tienda a la que asiste, hasta el tipo de pago que utiliza y la moneda en que lo realiza”.
“Si el empresario se divorcia de esta dinámica va inexorablemente a perder clientes, y la competencia va a ganar esos espacios”, concluyó el experto.
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