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23 de noviembre de 2024
El avance de la programación computarizada que ha permitido que un “1” sea un “1” y no se convierta, por ejemplo, en un “10” -blindándose de la supuesta facilidad con que todo dato digital se puede manipular-, hace posible la aparición de las criptomonedas y las e-Wallet, hoy en día muy nombradas en las noticias de orden económico y que se han visto como alternativas a los medios de pago tradicionales.
Freddy Omar Durán
Tal protección, garantía, blindaje, seguridad, se traduce en términos informáticos como “encriptamiento”, y de él depende que sea confiable manejar una nueva generación de activos financieros, que sencillamente están transformado la economía en sus cimientos, y no solo modernizándola y agilizándola, como lo venían haciendo.
Más que un papel o un pedazo redondo de metal, los billetes y monedas son objetos cargados de información a través de la cual se garantiza su autenticidad. De igual manera, en una entidad bancaria, más que guardar a sus clientes, un cúmulo de cosas, guarda información sobre su capacidad adquisitiva, la cual puede que nunca se transforme en billete o moneda, aunque sí está disponible para realizar transacciones financieras, claro está, amparada por un soporte físico llamado “tarjeta”.
Como nos explica el economista Aldo Contreras, la tecnología blockchain es responsable de estos acelerados cambios, a los cuales todos de alguna manera nos tendremos que adaptar.
—El e-Wallet hace referencia a un monedero o billetera virtual, en donde por lo general se pueden gestionar activos criptográficos, esto es un software para almacenar y gestionar criptomonedas, claves públicas, claves privadas, manejadas a través de la tecnología blockchain. Lo que permite el Wallet es que exista una especie de cuenta bancaria que permite transferir desde un usuario A hasta un usuario B. La mayoría se abre por un correo electrónico, como se hace con las cuentas Zelle, que es una plataforma norteamericana, o Mony, plataforma panameña—ilustró Contreras
Ya hay algunas plataformas en Venezuela que permiten transferir de un e-Wallet a otro, sin tener que disponer de una cuenta en el exterior, lo que para muchos venezolanos era una gran limitante, y al respecto se están creando muchas aplicaciones ajustadas a nuestra realidad, con las cuales en principios podríamos pagar hasta un refresco; no obstante, falta mucho para que el sistema financiero sea plenamente aceptado por los comercios. Otro atractivo estriba en que en un país tan dependiente de las remesas como Venezuela, los e-Wallet permiten ahorrarse las enormes comisiones que los servicios tradicionales cobran.
Con una banca satanizada que, especialmente en Venezuela, ha reducido la operatividad de sus servicios para sus tarjetahabientes al mínimo, -y mucho más en pandemia; y una emisión moneda, igual satanizada, como factor fundamental de los procesos inflacionarios, ya se pueden vislumbrar los cambios que se avecinan. De otro lado, el supuesto rumbo de la economía nacional a la dolarización se ha visto limitado por las restricciones internacionales para nuestro país, y depende de las decisiones de la Reserva Federal de EE.UU; esto ha pesado, incluso en la economía cubana, que tuvo que echar para tras sus pretensiones en ese sentido. En cuanto al Táchira, el predominio del peso solventaría tal inconveniente, aunque no se deja de tener inconvenientes, como la proliferación de billetes falsificados, caducos o en mal estado; por lo tanto, a la larga, sería conveniente el uso de los activos criptográficos.
Gracias al petro, el término criptomoneda cobró valor dentro de la opinión pública; pero ya en Venezuela era conocido en los bajos fondos, dentro de aquellos que buscaban nuevas inversiones, que requerían de ciertos dispositivos denominados “mineros”, que debido a su gran consumo de energía eléctrica, no obstante, su tenencia se ha considerado ilegal
—El e-Wallet es usado para transferir bitcoin, recordemos que Venezuela viene quedando en las primeras posiciones de uso de la criptomoneda, y esto hace que Wallet use diferentes brokers –o intermediarios- como Bitness o Localbitcoin, en los que el bitcoin representa la denominación predilecta, y de esta manera, a través de sus páginas web se hacen transferencias, tal y como lo hacen los bancos nacionales. Con esos e-Wallet podemos pagar y almacenar nuestro dinero, y eso se puede perfectamente manejar a través de un teléfono celular con conexión a internet. Por ejemplo, en China la aplicación WeChat, muy parecida al WhatsApp, tiene un código Qr, a través del cual puedes pagar un refresco en un restaurante o cualquier servicio que un agente económico desee comprar— afirmó Contreras
Finalmente, acotó que hasta los momentos, en el Táchira, se usan muy poco los e-Wallet, y que eso ocurre más en el centro y el oriente de Venezuela. Solo en la tienda por departamentos más grande de San Cristóbal y algún local en el Sambil se recibe para comerciar productos. Quienes disponen en nuestro estado esos e-Wallet , se enfocan en la “minería” de las criptomonedas o en hacer inversiones a través del mercado de valores o el trending.
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