Luego de su renuncia a la Organización Miss Venezuela, el inquieto Osmel Souza, conocido como “el zar de la belleza”, siguió trabajando en el mundo de las misses, tanto para la televisión como para los entes formados en otros países, ahora asesorando a República Dominicana y más recientemente a Argentina.

Acaba de retirarse de la tierra de Gardel y ya anuncia que estaría interesado en comandar la organización de Miss Puerto Rico, país al que le ha puesto el ojo y de donde han surgido por lo menos tres Miss Universo.

Facultades y experiencia le sobran a este generador de mujeres de cautivante sonrisa, de cuerpos casi perfectos y de alegre caminar, que han logrado siete coronas venezolanas de Miss Universo, otras tantas de Miss Mundo y cuatro de Miss International, así como decenas de aspirantes que quedaron en el cuadro final de estos certámenes.

Para Osmel, lo que comenzó como un entretenimiento en sus años mozos, dibujando mujeres hermosas y vestidos espléndidos, fue convirtiéndolo en un ojo avizor para descubrir los encantos de las jóvenes nativas, que de su mano fueron preparadas y luego resultaron triunfadoras en los eventos realizados por los Estados Unidos, Inglaterra y Asia.

Empezó con la empresa Opp Publicidad, que manejaba el Miss Venezuela, hasta que la Organización Cisneros lo nombró gerente de la empresa Miss Venezuela, en donde, desde que asumió tales tareas, nos trajo la alegría anual de contar con las muchachas más lindas del planeta.

Estuvo en Radio Caracas Televisión, pero desde que pasó a Venevisión, el concurso Miss Venezuela fue el programa de mayor audiencia anual, y por los triunfos logrados, tan laureados como su principal hacedor, Osmel Souza, de origen cubano, quien se arraigó primero en Maracaibo y finalmente se enraizó en Caracas. El zar de la belleza ha estado en diversas ocasiones en San Cristóbal, durante la escogencia de Miss Táchira, una de las cuales, Veruzhka Ramírez, conquistó el título nacional y fue primera finalista de Miss Universo en 1997.

Víctor Matos