Más de 103 días llevan los ciudadanos de los municipios fronterizos, Bolívar y Pedro María Ureña, sin abastecer gasolina en las estaciones de servicio. El pasado 20 de junio fue la última vez que se surtió a San Antonio del Táchira.
Desde la fecha indicada, solo se atiende al plan de contingencia con el combustible que se recibe en la bomba La Esperanza, en Pedro María Ureña. Algunos sectores, como los motorizados, han recibido, en ciertos momentos, la oportunidad de abastecer.
Las dos localidades continúan en cuarentena radical: toque de queda, que va desde las 10:00 a.m. y hasta las 4:00 p.m. del día siguiente, y en aislamiento total.
El alcalde del municipio Bolívar, William Gómez, precisó que, por los momentos, la localidad que dirige seguirá atendiendo solo a los vehículos que trabajan en el plan de contingencia. “Seguimos esperando información de la Mesa Técnica Regional de Combustible”, dijo.
“Es muy duro este escenario. Yo ni siquiera alcancé a echar gasolina la última vez que llegó”, dijo Mario Rojas, habitante de San Antonio del Táchira, al tiempo que lamentó el tener que acudir al carburante revendido.
“Ya los dos litros salen en más de 6.000 pesos. Es una renta, y uno se limita a solo sacar el carro para lo indispensable”, remarcó Rojas.
La Esperanza, por los momentos, es la única bomba que estaba activa en la jurisdicción de Bolívar. También se esperaba que la bomba Internacional Venezuela entrara en funcionamiento.
Jonathan Maldonado