Frontera
Agua de pozo: la alternativa frente a la escasez en la frontera
28 de agosto de 2019
El agua de pozo se ha popularizado en la frontera de San Antonio del Táchira. Solo en el barrio Lagunitas existen cuatro puntos de llenado que surten a las comunidades que van a esa zona, cercana al río Táchira, con sus tobos o cualquier tipo de envase, y a los camiones cisterna que laboran en la ciudad
Frente a la escasez del vital líquido, muchos han optado por transformar sus camiones. Les adhieren un tanque cuya capacidad, en la mayoría de los casos, sobrepasa los 3.000 litros, y con el que logran prestar un servicio a residencias y empresas, lo que, al final, se traduce en un «rebusque».
Carlos Cruz, encargado de uno de los puntos de llenado, explicó que su pozo posee 36 metros de profundidad y cuenta con los filtros necesarios para purificar el agua, que vende a los camiones cisterna o que regala a los transeúntes que arriban a llenar sus recipientes.
Cruz precisó que desde que abrió las puertas de su negocio, hace aproximadamente un año, se hizo con el aval de un ingeniero para cumplir con los requisitos previstos. «Es un agua 99 % apta para el consumo humano», recalcó.
Quienes se estacionan con sus camiones deben cancelar 1.000 pesos o su equivalente en bolívares, por cada mil litros. El proceso solo tarda minutos, ya que el caudal de agua del pozo que fluye por las tuberías permite que los interesados puedan abastecerse rápidamente.
«Nosotros prestamos un servicio y cobramos es por la distancia a la que debemos llevar el agua, con el fin de tener para los gastos del vehículo», dijo Omar González, dueño de un camión cisterna.
Ante la situación que enfrenta el país, precisó González, los servicios están colapsados, las tuberías, ya por el tiempo que tienen, se averían constantemente. Por esta razón, «prestamos un servicio que se cobra también, de acuerdo con la capacidad del cisterna», enfatizó.
«Hasta Llano de Jorge -comunidad alejada de la ciudad-, se puede cobrar 30.000 pesos. Hacia las otras zonas, oscila entre 20.000 a 25.000 pesos», puntualizó.
Agua potable, el calvario de los habitantes
Conseguir agua se ha convertido en un verdadero calvario. Edicson Rodríguez, de 40 años y habitante de Cayetano Redondo, hace varios viajes en su moto para llenar los botellones. «Me toca, pues en mi comunidad llega una vez al mes. ¿Cómo se vive así»?, preguntó.
Over Becerra, de 46 años, se hallaba en un punto de llenado con tres tobos que transporta en una carretilla hacia su puesto de trabajo, en el mercado de verduras. «Necesitamos agua para limpiar el lugar y, ante la escasez, toca caminar hasta este barrio», señaló, ya cansado por las más de 10 cuadras que debe recorrer.
Jonathan Maldonado