Frontera

Así es el tránsito en un día por tres puentes binacionales

14 de agosto de 2023

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El DATO

Por el puente internacional Atanasio Girardot no pueden circular peatones, solo vehículos


Jonathan Maldonado

Texto y fotos


Largas filas de vehículos para ingresar a Colombia por el puente internacional Simón Bolívar reflejaban el gran dinamismo que se vive en ese tramo. El sol abrasador de las 10:30 a.m. del sábado 12 de agosto, hacía fatigosa la espera. «Migración Colombia debería agilizar los controles», soltó un conductor algo alterado por el calor.

Esa imagen dista enormemente de la soledad que acompaña a la gran estructura del puente internacional Atanasio Girardot. Allí, a las 11:20 a.m. del mismo sábado, los carros se cuentan con facilidad, pues son muy pocos los que arriban por minuto, lo que le garantiza a ese trayecto una imagen despejada a toda hora.

De Tienditas a Ureña, hay aproximadamente siete kilómetros de distancia. A las 12:00 m., el puente Francisco de Paula Santander mostraba un tránsito fluido, sin el gran movimiento registrado en San Antonio, es mucho más tímido, pero sin la soledad del recién inaugurado paso formal (1° de enero).

El tramo que nunca descansa

Los sábados, el ajetreo en la Aduana Principal de San Antonio del Táchira es mucho mayor. Los pasos acelerados de viajeros o de ciudadanos que van al vecino país a efectuar alguna diligencia, son interrumpidos por el llamado de los funcionarios para revisar sus documentos de identidad.

Una familia era abordada por Migración Venezuela para chequear que los adultos tuvieran los permisos correspondientes, pues iban a salir del país con menores. A la par, Interpol mantenía una fila de ciudadanos para revisar sus documentos en Siipol, sistema que arroja si la persona tiene cuentas pendientes con la justicia venezolana.

«Le ayudo con la maleta». La frase fue proferida por un carretillero ubicado cerca del área de sellado de pasaportes. Unas 20 personas esperaban su turno a las 10:30 a.m. del sábado 12. Tres taxis se estacionaron a los costados para que los funcionarios pudieran interceptar a los pasajeros en sus funciones habituales.

Más adelante, a la altura de la plaza La Confraternidad, uniformados de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) revisan la maleta de un taxi colombiano, que va ingresando al país con pasajeros. El perro antidrogas se acerca y husmea. No se queda mucho tiempo, se retira en señal de que ahí no hay droga oculta. El taxista sigue su trayecto.

«Hoy hay mucho movimiento», exclamó un funcionario de la GNB. Y es que, por minuto, se pueden contabilizar más de 60 vehículos atravesando la frontera, sin contar a los peatones que pasan a cada instante y denota el protagonismo que persiste en el trayecto que une a San Antonio con La Parada.

Todo eso sucedía en medio de una cola que no avanzaba en sentido a Colombia. Migración de la nación hermana hacía sus controles, a la altura de las casillas de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), donde un solo carril está funcionando, pues el otro está trancado con vallas. En 15 horas, cerca de 16 mil vehículos atraviesan el tramo.

Ventiscas y soledad

En el Girardot el tránsito es más cómodo y desolado.

El rugir del viento llega con facilidad a los oídos de cada funcionario apostado en el punto de control del Atanasio Girardot, una estructura que es apreciada por el ojo humano por su elegancia y el gran letrero con la palabra ‘Venezuela’, en un azul oscuro que resalta desde la distancia.

La soledad también resalta. La conversación hace que las horas sean menos aburridas para los integrantes de la GNB y de Migración Venezuela. Por minuto, en ese trayecto, se contabilizan dos o tres carros. Muy pocos en comparación con el tramo de San Antonio. Desde el puente internacional Simón Bolívar y hasta Tienditas, hay ocho kilómetros de distancia.

«Cuatrocientos vehículos están cruzando al día por este puente», manifiesta un funcionario consultado. A un extremo, un bus, con los integrantes de ‘Los Chiches del Vallenato’, esperaba a que le dieran paso para seguir con su trayecto a Táriba, donde participarían en la elección y coronación de la reina.

De los pocos visitantes a la estructura, algunos aprovechaban para tomarse una foto con la agrupación de éxitos como ‘Tierra Mala’. Ellos accedían sin problema. «Venimos a cantar con el corazón. Venezuela siempre nos recibe con los brazos abiertos», destacaron con el famoso letrero de fondo y de testigo. Las banderas ubicadas en la parte superior de la estructura, daban la impresión de que saldrían volando a causa de las ventiscas.

Los ciudadanos no requieren bajarse para sellar su pasaporte. Lo hacen desde su vehículo en una de las casillas habilitadas. El proceso no demora ni dos minutos. Un punto a considerar para quienes estén sobre la hora. «Entre 150 a 200 pasaportes — de entrada y salida –, estamos sellando al día», indicó el funcionario.

La comodidad de sellar el pasaporte sin bajarse del auto por el puente binacional de Tienditas.

23 vehículos por minuto

Un bicitaxista dormía bajo el techo del vehículo a dos ruedas que maneja por 15 horas. Eran las 12:00 m. y el ritmo por el puente internacional Francisco de Paula Santander era constante, pero más reducido que el registrado en el Simón Bolívar, rey del tránsito.

«A dos mil pesos hasta el puente», remarcaba otro bicitaxista. «Quedamos solo 10 de más de 30. Los otros se han ido por la baja demanda», acotó mientras un usuario se subía al vehículo ecológico para que lo acercaran al tramo internacional. El sol estaba inclemente.

El puente binacional de Ureña con menos movimiento.

Por este puente, alrededor de 23 vehículos cruzan por minuto. La dinámica no es tan intensa. Al día, se estima que atraviesan hacia el vecino país 8 mil motos y carros. «Ya nos permiten a los mototaxistas regresar con pasajeros. Se logró tras la gran manifestación que hicimos», dijo un motorizado al equipo reporteril de La Nación.

Previo al arribo a la aduana, varios negocios de comida y estacionamientos dan vida al corredor. Muchos dejan su moto o carro en los parqueaderos y se dirigen a pie hacia el puente que comunica a Ureña con El Escobal. Si no se tienen los papeles en regla, la recomendación es no pasar en vehículo. Las multas sobrepasan los 700 mil pesos; es decir, 45 sueldos mínimos venezolanos.

Los bicitaxistas están conscientes que la reactivación total del transporte público binacional, significaría la desaparición para un grupo que reinó en tiempos de cierre y, sobre todo, en los años de pandemia. «Ya no se gana lo mismo», dijo mientras un grupo de al menos 15 personas se disponía a sellar pasaporte, cerca de la aduana subalterna.

Los tres tramos binacionales están operativos de lunes a domingo, de 6:00 a.m. a 9:00 p.m., hora venezolana. Visitantes y propios claman para que se extienda las 24 horas.

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