Jonathan Maldonado

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A lo largo de las ediciones del Carnaval Internacional de la Frontera, la avenida Venezuela se ha convertido en su gran escenario a cielo abierto, donde los ciudadanos se congregan para disfrutar de los desfiles y comparsas.

La emblemática vía, en San Antonio del Táchira, cobija a propios y extraños que acuden a presenciar desfiles cargados de brillo, color y extravagancias. La música y las ventas de bebidas y comidas hacen más entretenida cada actividad planificada en el marco de los carnavales.

A la altura de la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), las carrozas y comparsas suelen atravesar la avenida, tras haber arrancado desde el Centro cívico, en el casco de la ciudad, para tener su punto de llegada en la Redoma del Cementerio.

Los gritos y algarabías se escuchan en cualquier tramo de la arteria vial. Durante esos días, caminar por la avenida es un poco complejo, ya que el río de gente se aglomera en diversos puntos para ir observando el espectáculo que ofrecen.

Los algodones de color rosado o azul, las manzanas caramelizadas y los churros con azúcar son los dulces más representativos del Carnaval. Los niños que conforman los núcleos familiares que asisten, son fieles clientes de esos productos.

El sonido de la música suele ser algo ensordecedor y varía de acuerdo con la cuadra en la que se halle disfrutando del show. “Que gane la mejor”, dicen muchos al ver circular las carrozas con sus candidatas, como el principal punto atractivo de las actividades.

Las canastas con caramelos, ubicadas cerca de cada candidata, les permite ir sonriendo mientras lanzan dulces a quienes van aclamando su intervención. Todas, por algún motivo u otro, son ganadoras, pero sola una se lleva la corona.

Se trata del evento con mayor aceptación cultural en la frontera y que tiene como gran escenario la avenida Venezuela.  //Jonathan Maldonado