Juana Ayala, habitante del barrio Pedro Rafael Páez, se hallaba este viernes cocinando a leña. «Llevo cuatro días haciéndolo, ya que no tengo cómo pagar el gas revendido».
Ayala no cuenta con cocina eléctrica. «Lo estábamos comprando por fuera, a 85 mil o 90 mil pesos, pero esta semana no tengo cómo comprarlo y me tocó con leña», precisó.
Lamentó que a su comunidad solo haya llegado en dos oportunidades el gas doméstico: en enero y a mitad de junio y con bombona de 18 kilos en su caso particular. De resto «brilla por su ausencia».
«Dicen que no hay gas, pero uno va a otras partes y lo consigue en 80, 90 y hasta 100 mil pesos», puntualizó al señalar que la leña sus familiares la buscan cerca del río para guardarla y así tener con qué ir preparando diariamente las comidas.
El escenario de Ayala se repite en muchos hogares de la frontera, donde han optado por la leña para la cocción de sus alimentos. Las fallas de los otros servicios hacen más difícil el panorama.
Jonathan Maldonado