La Platanera, Las Pampas y La Siete son los caminos verdes más populares en la frontera
Siete años de cierre hicieron que los ciudadanos desviaran sus miradas hacia las trochas, caminos verdes que se convirtieron en opciones para seguir conectados con la vecina nación, Colombia.
Trochas como Las Pampas, La Platanera y La Siete se convirtieron en áreas frecuentadas por los habitantes de Táchira y de otras regiones del país. La gente perdió el miedo y comenzó a atravesarlas cuando por los pasos formales ni siquiera se permitía la circulación de peatones.
Por esas rutas sinuosas, donde la ilegalidad y las mafias se han movilizado a sus anchas durante varias décadas, ha mermado el flujo de gente, pero sin darse un cierre definitivo de las mismas, ya que por ahí continúan desplazándose, de forma silenciosa, personas que no dicen por qué no lo hacen por los puentes binacionales abiertos.
La reapertura progresiva de la frontera ha disminuido notablemente el ritmo que se da por los caminos verdes. «Acá hay dos realidades: la formal-institucional y la ilegal-criminal de las trochas», resaltó Víctor Bautista, secretario de frontera de la Gobernación de Norte de Santander.
«Nos corresponde a la institucionalidad poner sobre la mesa la discusión de qué está pasando en este instante en las trochas, de señalar y evaluar cuándo es el cierre definitivo de las trochas, y qué tipo de actores pueden estar colaborando y facilitando el comercio de trochas que atenta contra la productividad y la sociedad de frontera», enfatizó Bautista.
Desde la zona sur del municipio fronterizo Bolívar y hasta La Mulata, en Pedro María Ureña, hay aproximadamente 35 trochas, lo que hace complejo el control riguroso de cada uno de estos espacios que son tan permeables como prestos a la irregularidad.
Para el secretario de frontera, urge hacer un ejercicio transparente y sincero, con información de la ciudadanía, para saber qué es lo que sucede en esos puntos. «Hay que ser más frontales en torno al discurso que tiene la institucionalidad», remarcó.
Entre las recomendaciones del funcionario, resalta la de manejar un solo lenguaje entre las instituciones con respecto a las trochas, para evitar que se creen ambigüedades, pues las organizaciones criminales siguen en esos espacios, extorsionando a los ciudadanos.
Bautista apuntó que una Zona Económica Especial entre Táchira y Norte de Santander, requiere del combate de lo ilegal para que haya una verdadera integración formal con las dos naciones.
«Seguimos en la lucha contra las economías ilícitas, contra las estructuras ilegales, contra todos aquellos que pretendan mantener una economía ilegal por estos caminos verdes», sentenció a modo de colofón. (Jonathan Maldonado)