Frontera
Confusión entre venezolanos en el primer día de cierre fronterizo
24 de octubre de 2019
Los caminos irregulares también registraron gran presencia de ciudadanos, intentando ingresar a Colombia
Jonathan Maldonado
Este jueves, primer día del cierre fronterizo ordenado por Colombia y que se extenderá hasta el domingo a las 4:00 p.m., reinó la confusión entre decenas de venezolanos que se acercaron a la aduana de San Antonio del Táchira, con el propósito de cruzar el puente internacional Simón Bolívar para ingresar al hermano país.
“No hay paso”, trataba de explicar un funcionario de la GNB que se apostó en la zona para evitar que el tumulto intentara pasar a la fuerza. Muchos andaban con su maleta en mano, dando a entender que tenían pautado, desde Colombia, un viaje en los próximos días. Sin embargo, las autoridades neogranadinas han sido claras: “solo habrá excepción para quienes presentan alguna urgencia de salud”.
“Yo pensaba que la cerraban este jueves, pero en la noche”, vociferó una dama, quien con su carro de mercado en mano, dejaba por sentado a qué iba al vecino país. “Perdí el viaje”, lamentó, mientras regresaba hacia la zona del cementerio, donde también se toman autobuses o carros por puesto.
Otros, con la esperanza de hallar alguna solución, se sentaron en las islas de la avenida Venezuela. Las caras revelaban una urgencia de la que poco podían solventar, pues serán cuatro días de cierre por parte del gobierno de Colombia.
«Por la trocha» el ofrecimiento
«Lo pasamos por la trocha”, esta frase no dejaba de martillar los oídos de ciudadanos afanados por cruzar. Muchos agarraron sus pertenencias y caminaron hasta las entradas de los caminos irregulares, las cuales evidenciaron gran presencia de civiles. Aquellos que estaban al tanto del cierre, se dirigieron directamente a las trochas, como también se les conoce.
Estacionamientos vacíos
Fueron pocos los carros particulares que arribaron este jueves a la frontera. Las calles del rebusque, donde los habitantes suelen cuidar vehículos para tener entradas en pesos, amanecieron vacías, al igual que la mayoría de los estacionamientos que hay en la jurisdicción de Bolívar.
Este escenario, afianzó el título de “pueblo fantasma” que muchos le han atribuido a San Antonio del Táchira, por la paralización, casi en su totalidad, del comercio e industria.
Los puntos de comida informales, ubicados cerca de la avenida Venezuela, también registraron pocos clientes, pues gran parte de las ventas se debe al tránsito masivo que ha provocado la crisis.