Jonathan Maldonado
La confusión reinó el sábado 14 de marzo del año 2020. Muchas personas arribaron a la avenida Venezuela, en San Antonio del Táchira, con la intención de cruzar a Colombia y se tropezaron con el puente internacional Simón Bolívar cerrado. La medida la anunció el presidente de Colombia, Iván Duque, en horas de la noche del viernes 13, y estaba argumentada en evitar la propagación de la covid-19. En ese instante, la nación neogranadina sumaba 22 casos.
Desde esa fecha, las fronteras de Venezuela con Colombia permanecen cerradas. Con el trascurrir de los días, la avenida más transitada pasó a ser una ruta signada por la desolación. Solo se acercaban hasta la Aduana Principal de San Antonio personas que ameritaban seguir cumpliendo algún tratamiento médico en el país vecino. Ellas fueron ganando un paso humanitario que se mantiene en la actualidad.
La frontera, que venía presentando una migración pendular por día de hasta 35 mil venezolanos, fue perdiendo su dinamismo, arropada por la economía informal, la cual en su mayoría era desempeñada por los migrantes internos, que veían en la zona una oportunidad de ganar en moneda extranjera y sin la necesidad de abandonar su nación.
“San Antonio del Táchira tomó medidas apegadas a los decretos nacionales, acompañando y en seguimiento de la Mesa Técnica de Salud del municipio, conformada por los directivos del ASIC, CDI, la Misión Médica Cubana y nuestros epidemiólogos del hospital Samuel Darío Maldonado; todos en equipo, acompañados de la autoridad única de Salud, doctora Amelia Fressel”, manifestó el alcalde de la jurisdicción fronteriza, William Gómez.
Gómez precisó que las medidas siempre estuvieron enfocadas en bloquear la pandemia, razón por la cual se hicieron recorridos, junto a la Misión Barrio Adentro, con jornadas de despistaje, permitiendo que al municipio se le dieran aproximadamente seis vueltas con estas actividades sanitarias.
La máxima autoridad local recordó las acciones que se tuvieron que tomar en torno a la paralización de la poca actividad comercial que prevalece en la localidad fronteriza, “enfocándonos solamente en la apertura de los sectores primordiales, como la venta de alimentos, farmacias y el sector salud”.
“Ya venía una fuerte recesión del dinamismo y el municipio venía adecuándose a lo que es una movilidad para las personas en migración. De un comercio de vitrina se pasó a un comercio para el alojamiento de migrantes. Luego la pandemia generó una nueva recesión hacia nuestro municipio”, resaltó Gómez.
114 mil connacionales
El alcalde puntualizó que, durante estos meses de pandemia, al menos 114 mil connacionales ingresaron por los controles de bioseguridad, pasando por los PASI del estado Táchira, en sus diversas modalidades. “Se crearon los PASIE para contagiados, los PASI para los que arrojaban negativo, pero igual debían cumplir aislamiento social, y el PASIEMU, donde alrededor de 60 sanantonienses, positivos asintomáticos, pudieron recuperarse en este espacio. Luego, el presidente decidió que estas personas podían aislarse en sus hogares”, acotó.
Gómez dejó claro que, como autoridad municipal, acata las orientaciones de los expertos en materia de salud y vela por el cumplimiento de las mismas. “Lamentablemente, en los picos más altos de la pandemia, en nuestro municipio, que fue sobre los meses de noviembre, diciembre y enero, un promedio de 30 sanantonienses fallecieron por mes con cuadro clínico para covid-19”, señaló.
En este sentido, indicó que el lóbrego escenario ha provocado mayor concienciación de los ciudadanos, con base en la implementación de los protocolos de bioseguridad, provocando así un descenso en la curva de contagios. “Tenemos en la sombra una nueva cepa, la brasileña, y debemos estar alerta”, enfatizó mientras recordada que la jurisdicción estuvo por meses en toque de queda, aislamiento total y cuarentena radical permanente.
Dinamismo golpeado
El alcalde hizo énfasis en los virajes provocados por la pandemia en las vidas de los migrantes internos. “Muchos tuvieron que retornar a sus estados; otros se quedaron y siguen acá, en la frontera”, reiteró mientras hacía una radiografía de los nuevos cambios que se han dado a causa de la pandemia.
“Definitivamente, este cierre de frontera por el virus ha afectado contundentemente a nuestra economía, pues el dinamismo se da a través de la movilidad y de las operaciones, no solo aduaneras, sino de intercambio comercial”, aseveró Gómez, para luego resaltar el trabajo que se viene haciendo con las autoridades nacionales y regionales, junto al sector productivo, para la reactivación económica.
Como autoridad municipal, apuntó que es de suma importancia, bajo todos los esquemas de control, abrir los pasos formales, ya que “si de verdad queremos tener resguardo de nuestra soberanía, y de todo lo que pasa en nuestra frontera, debemos hacerlo por los pasos legales, pues pese a que la frontera está cerrada, los caminos verdes están activos y sin controles”, recalcó.
“Urge la apertura
de los puentes”
Si bien los pasos binacionales fueron cerrados desde hace un año para los peatones, desde el 2015 los vehículos no pasan por estos tramos, subrayó la presidenta de la Cámara de Comercio de San Antonio del Táchira, Isabel Castillo.
“Urge la apertura de los puentes”, prosiguió Castillo, al tiempo que estimó que el sector industrial se encuentra paralizado en un 95 %, mientras que en el área comercial en un 92 %. Frente a este escenario, indicó, se están buscando soluciones ante una “problemática que nos está ahogando”.
“Aquellos empresarios que hemos hecho vida desde hace ya muchos años no podemos dejar que esta frontera siga así, paralizada, queremos recuperarla, activarla, y así se lo hemos hecho saber tal gobierno nacional, regional y municipal”, recalcó.
En torno a las reuniones con los entes gubernamentales para la reactivación de la economía fronteriza, resaltó la gran disposición que hay y, al mismo tiempo, instó a que se concreten las acciones para llevar a cabo la tan anhelada apertura de los pasos binacionales.
“Los municipios Bolívar y Pedro María Ureña nos sentimos encapsulados, porque el ir solamente a llevar el producto al interior del país es un calvario, ya que nos conseguimos con muchas alcabalas móviles que no ayudan. Es una situación muy preocupante que tenemos en la zona”, añadió.
Además, la presidenta de la Cámara de Comercio se refirió a la necesidad de mejorar los servicios si se llega a reactivar la Zona Económica Especial Fronteriza (ZEEF). “La calidad de vida del empresario debe mejorar, que pueda hacer su trabajo cómodamente”, prosiguió quien pidió la reactivación del aeropuerto internacional Juan Vicente Gómez.
“Con nuestros hermanos colombianos tenemos muchos planteamientos, propuestas, y queremos desarrollarlas lo más antes posible. Teníamos proyectada, incluso, antes de la pandemia, una rueda de negocios binacional, la cual fue cancelada por esta situación. Queremos reactivarnos los más pronto posible”, dijo.
“Cada día se pierde
más el poder adquisitivo”
Para el expresidente de la Asociación de Aduaneros en el Táchira, Nelson Urueña, el escenario actual de la frontera, con los puentes cerrados y las trochas activas, como vía para poder ir y venir de Colombia, ha golpeado aún más el bolsillo del venezolano, afectando su poder adquisitivo.
Urueña expresó que la frontera se encuentra en una especie de encierro que no les permite a las pocas empresas que aún quedan avanzar. “Muchos negocios terminan por bajar sus santamarías de forma perenne”, lamentó quien no pierde la esperanza de ver la reactivación de la economía.
Desde el ámbito aduanero, el que más le compete, resaltó que como expresidente puede asegurar que se han elaborado varios trabajos con personalidades de la política nacional, regional y municipal. “La participación del ministro Ricardo Menéndez nos dio un asomo de esperanza, ya que trajo a todo su equipo para terminar de afianzar el trabajo que se viene haciendo”, apuntó.
“Sabemos que se están buscando soluciones para activar la frontera y, el hecho de que nos estemos concentrando en la ZEEF es una vía muy buena para reactivar la zona que tan deprimida se encuentra en la actualidad”, reconoció el integrante del sector aduanero.
Tanto la máxima autoridad local del municipio Bolívar, William Gómez, como los representantes comerciales y aduaneros, apuntan a la reactivación de una frontera que pide el retorno de su dinamismo comercial, natural, y que se da a través de los pasos formales: los puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander.