Pequeños artistas, muchos de ellos con solo tres, cuatro o cinco años de edad, ejecutaron instrumentos, cantaron y presentaron banda rítmica con la desenvoltura propia de los niños. La espontaneidad y un talento incipiente caracterizaron la primera muestra académica del núcleo Rubio de la Fundación Musical Simón Bolívar.
Frente a un público que rebasó los espacios del auditorio de la Universidad Bolivariana, se dio inicio a la actividad con las palabras de bienvenida a cargo del director del núcleo, profesor Jhovanny Alberto Bonilla, quien explicó que el evento se planificó en el marco del Día del Músico, y que la muestra es el resultado de dos meses de aprendizaje de los alumnos que por primera vez ingresaron a las diferentes cátedras.
Agradeció al Sistema Nacional de Orquestas por la oportunidad que se brinda a niños y jóvenes de formarse en el área musical; recordó al maestro José Antonio Abreu, fundador de tan valioso movimiento, y finalizó con el lema “Tocar, cantar y luchar”.
Se dio inicio a las presentaciones de cuatro fundamental, que ofrecieron una obra en re mayor, y el bambuco tachirense Cantos de mi Tierra; dirigidos por el profesor Darwin Cote.
Seguidamente, los niños de iniciación musical, bajo la conducción de Alba Alarcón, interpretaron banda rítmica, canto y ejecución de los primeros elementos de la flauta dulce; y para finalizar, las cátedras de lenguaje musical, a cargo de Carmen Adriana Ortega, interpretaron canto, fononimia y ejecución de la flauta dulce.
Hubo una actuación especial de la cátedra de cuatro fundamental, de jóvenes y adultos, conformada por estudiantes de catorce años en adelante.
La emoción se hizo presente al ver a niños que apenas comienzan a hablar, que aún no aprenden a leer ni a escribir, y ya incursionan exitosamente en el mundo de la música, infinito en posibilidades. Ellos son los protagonistas de un presente que en el municipio Junín dice sí a la música y al grato encanto de los sonidos. Para ellos son el futuro y los aplausos.
Norma Pérez