Cuando Yedicson Rodríguez Caballero fue separado de su madre solo tenía un año de vida. El hogar del hoy sacerdote fue intervenido por las condiciones en las que se encontraban los niños, entre ellos él: escabiosis y desnutrición severa.

A Yedicson y a sus hermanos los llevaron a un centro de adopción. «Después de ahí no supe más nada de ella», recalcó al dejar por sentado que fue criado por una pareja que reside en San Juan de Colón.

Hace dos años logró hallar a su papá. Tampoco tenía rastro de él. «Lo encontré en Lebrija, en Santander, cerca de Bucaramanga», relata. En ese momento, prosigue el joven, estaba muy enfermo y le amputaron una pierna. «Otra vez decayó y, al parecer, le van a amputar la otra pierna», lamentó.

El estado de salud de su papá y las pocas ganas que tiene de seguir viviendo, lo empujaron para emprender la búsqueda de su madre. «La idea es quitarle a mi papá esa idea de querer acabar con su vida. Piensa en la eutanasia».

El hombre quien dijo ser sacerdote, de 28 años, y viste de sotana, desea enormemente saber quién es su madre. «Como sacerdote, nuestro lema es ser misericordioso y perdonar si hubo errores de parte de ellos. La idea es conseguirla. Por eso acudo a los medios».

Aunque no dijo a qué iglesia pertenece, luego de precisarlo, Yedicson Rodríguez Caballeros, aclaró que pertenece es a la iglesia veterocatólica (Prelatura Apostólica Cristo Rey en Bogotá). Es decir no es sacerdote en Venezuela de la iglesia católica.

«No tenía imagen de ella y apenas ayer (14 de enero) la pude ver en fotografía, gracias a la imagen que me dio el Saime», subrayó al reiterar que anhela hallarla, presentársela nuevamente a su papá, quien pasó varios años detenido en la cárcel de Santa Ana. «Desde allí ellos perdieron comunicación y cuando él recuperó la libertad se fue a vivir a Colombia».

En total, aseguró, son 12 hermanos. «La última vez que la vieron a ella estaba con unas gemelas. Entonces seríamos 14 en total», indicó, quien aclaró que su gran objetivo es tener nuevamente a su padres, poderlos ver, «pues hay hijos que tienen a sus progenitores y no los valoran. Quiero hablar con los dos, compartir».

Enfatizó en que ha sido Dios quien lo ha fortalecido para buscar a sus padres. «Gracias a Dios ya encontré mi papá. Falta mi madre», soltó quien ejerce el sacerdocio en San Gil, en Santander, Colombia.

Jonathan Maldonado