Frontera

Mujer clama justicia a seis años del accidente que le cambió la vida

11 de noviembre de 2024

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El hecho vial sucedió en Ureña el 31 de octubre de 2018

Jonathan Maldonado

Hace seis años, la vida de Blanca Molina tuvo un giro radical y doloroso en Ureña. Un carro del Ejército la impactó en el barrio El Cementerio, cuando ella se desplazaba en su motocicleta prestando el servicio de mototaxista.

Su cadera quedó tan afectada que, pese a la operación que le hicieron, aún presenta grandes problemas para movilizarse. Se apoya de dos bastones. Molina no pierde la fe en que la justicia tocará su caso y le garantizará una ayuda económica con la que pueda costearse sus gastos de alimentación y pago de servicios.

«Mis hermanos y algunos vecinos son los que me ayudan, pero no siempre pueden», dijo la habitante del barrio Rómulo Gallegos, a la altura del tapón, quien no volvió a su vida normal, luego del accidente, ni mucho menos a montarse en la motocicleta con la que laboraba transportando pasajeros.

«En estos momentos, ya los clavos se me salieron y requiero de otra operación y de una prótesis. Yo vivo sola en mi casa y necesito que el Gobierno, ya sea regional o nacional, me ayude, pues el Ejército no lo ha hecho», lamentó.

En los primeros meses de 2024, pese a sus dificultades para caminar, se dirigió a la Defensoría del Pueblo en San Antonio del Táchira (Ureña no tiene). Allí la atendieron los funcionarios y quedaron en enviar su caso a Caracas. Pasa el tiempo y no ha recibido respuesta.

El concejal del municipio Pedro María Ureña, Carlos Taborda, conoce de cerca el caso e hizo un llamado al defensor del Pueblo, Alfredo Ruiz, a que instale una oficina en la ciudad de Ureña, ya que los que han acudido a San Antonio, en busca de una respuesta, no la han conseguido.

«Para los que creemos en la institucionalidad es importante contar con una oficina dentro del municipio», recalcó el edil al enfatizar sobre el caso de la quincuagenaria, quien ha vivido más de 2.190 días de angustias, dolores y nulas ayudas.

«Ya no sé a quién dirigirme. Necesito que me ayuden aunque sea con una pensión. No tengo entradas económicas por ningún lado», aseveró Blanca Molina desde su casa.