EL DATO
En la actualidad, en San Antonio del Táchira está paralizado el 90 % del comercio, mientras que el sector industrial ronda el 92 %
Texto y fotos:
Jonathan Maldonado
Los contenedores ya no están en los puentes internacionales Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander. El pasado lunes, 4 de octubre, fueron removidos en San Antonio del Táchira, mientras que el viernes 8 se despidieron de Ureña. En ambos tramos representaron un obstáculo por más de dos años.
Este paso significó para muchos el regreso del dinamismo a la zona fronteriza, el cual aún no se ha concretado, pero de acuerdo con representantes del sector productivo, está a punto de darse. “La apertura es un hecho, ya quitaron los contenedores y debemos ir avanzando, de manera progresiva, para que se establezca”, aseguró Beatriz Gutiérrez, representante del sector aduanero y de la Cámara de Comercio de San Antonio.
Durante cada reunión, el sector productivo de la frontera ha estado presto a colaborar con las autoridades en lo concerniente a la reactivación de la economía formal de la zona. Pese a la pandemia, los empresarios han insistido en un retorno del dinamismo, ajustándose a la realidad actual que exige la aplicación de medidas de bioseguridad.
Autoridades nacionales y regionales dejaron claro, tras el retiro de los containers del Simón Bolívar, que el primer paso sería la reapertura comercial fronteriza, seguido, en un corto plazo, por el restablecimiento del paso para peatones por los tramos internacionales. “Para ello, debemos tener el 70 % de la población inmunizada”, resaltó el diputado Freddy Bernal.
Sin embargo, los ciudadanos no han paralizado su paso hacia Colombia. A diario, y con mayor afluencia en días flexibles, decenas de personas cruzan los caminos verdes, mejor conocidos como trochas, para efectuar sus diligencias en el vecino país y retornar a Venezuela, en horas de la tarde o noche. Los puentes oficiales solo fungen, actualmente, como canal humanitario.
“La apertura de la frontera es lo primordial, pero también se está pensando en otros aspectos de producción y servicio que tiene el Táchira, para de esta manera complementar esta apertura grandiosa”, recalcó Gutiérrez, al tiempo que aseguraba que la pronta recuperación del dinamismo en frontera es el foco de los trabajos y encuentros que se están ejecutando.
Para la representante del sector aduana, el empleo directo e indirecto se robustecerá nuevamente con la reactivación de las empresas, una vez sean abiertos los puentes para el paso del transporte de carga pesada. “Entre 10 a 20 mil empleos directos e indirectos se estarían generando”, estimó.
El hecho de que las estructuras metálicas hayan desaparecido de los tramos binacionales, significa para los empresarios y ciudadanos de a pie una alta probabilidad de que los puentes vuelvan a agarrar vida, tanto en lo comercial como en lo social y cultural.
El lunes 11 de octubre, el cierre de las trochas, a causa de la crecida del río Táchira, evidenció el gentío que suele usar estos caminos a diario y que se vio obligado a trasladarse hasta la aduana principal para cruzar por el paso por lo formal, el puente internacional Simón Bolívar.
“Pronto veremos una apertura total”
La presidenta de la Cámara de Comercio de San Antonio del Táchira, Isabel Castillo, al igual que la mayoría de integrantes del área productiva, ve con buenos ojos los cambios que se han concretado en los últimos días en la frontera con el retiro de los contenedores. “Pronto veremos una apertura total”, sentenció.
Castillo, quien dirige una institución que acaba de arribar a los 60 años de fundada, hizo énfasis en los protocolos de bioseguridad a implementar con cada uno de los avances en torno a la reapertura comercial, y para lo que ya está preparado cada uno de los empresarios y comerciantes.
“Se ve una nueva imagen, ya no hay obstáculos en los puentes, los gremios de los transportes y del sistema aduanal, tanto de un lado como del otro, están prestos para empezar”, subrayó, para luego puntualizar que, poco a poco, se irá viendo una frontera amplia, con cabida para todos los inversionistas.
En este sentido, tiene la convicción de que el año 2021 cierre con una frontera en un 90 % abierta para el desarrollo y bienestar de quienes hacen vida en las jurisdicciones Bolívar y Pedro María Ureña, donde se ha concentrado, por años, la esperanza del rescate del comercio e industria.
“Volveremos a ser la frontera más dinámica de América Latina. Acá hay mujeres y hombres listos para sumarse a los trabajos que requieran las empresas que se activen”, acotó quien aplaudió el hecho de que ya se vea la voluntad política en las acciones que han emprendido las autoridades venezolanas.
“Están listas las dos primeras cargas”
Las dos primeras cargas, una del lado venezolano y otra del lado colombiano, ya se encuentran listas para “bautizar” la tan esperada reapertura comercial, aseveró Álvaro Paz, representante del sector transporte de carga pesada, quien detalló que, por Ureña, lo haría “la emblemática empresa de vidrio, Cristalven, mientras que por Cúcuta estaría en manos de la reconocida empresa Cerámica Italia”.
“Creemos en esta apertura”, prosiguió el empresario en un tono que revelaba la satisfacción de una lucha que ya está brindando sus frutos. Paz estima que en los próximos días se estarán dando las inspecciones de los puentes por especialistas de ambas naciones y, de esta manera, proceder al paso del transporte de carga, que arrancaría por Ureña.
“Ya en estos momentos estamos en la fase de la revisión de las estructuras de los puentes por parte del ministerio de Infraestructura, lado venezolano, así como como por sus pares del lado colombiano”, reiteró quien señaló que también se está trabajando en el tema de las habilitaciones de los carros, el certificado, compra de los seguros y demás.
Paz subrayó que el gremio se mantiene positivo en que el año cerrará con buenas noticias, pues “hemos hecho un arduo trabajo con todos los gremios que convivimos en frontera, no solo los transportistas, sino también las agencias de aduana, las almacenadoras, cámaras de comercio, de turismo, todos apuntamos a eso”.
Aunque no hay fecha definida para la reapertura comercial, cree que se pudiera estar dando en las próximas horas la revisión de los puentes. “Se está cumpliendo con lo que se prometió y esperamos que la voluntad política siga avanzando. Históricamente nos hemos complementado entre ambas naciones. Muchas cosas hacen allá y muchas otras se hacen aquí”, dijo.
Se manifiesta la ciudadanía
Lucila Velandria ingresó por el puente internacional Simón Bolívar sin ningún contratiempo. Ella es médica, vive en San Antonio y trabaja en el vecino país. “Me imagino que por mi edad no me colocan problemas”, resaltó, consciente de que por el tramo, a la mayoría, le exigen récipe médico o ser estudiante.
Aún el paso por los puentes binacionales está restringido y Velandria está clara de ese escenario. “Debería ampliarse para todos, sería la acción más humana por parte de las autoridades”, agregó quien lamenta que la mayoría aún tenga que cruzar por las trochas para arribar a Colombia.
“Por esos caminos (verdes) no hay ninguna clase de normas de bioseguridad y el trayecto es muy largo, la gente termina agotada”, explicó la especialista de la salud, mientras enfatizaba en que por los pasos formales sí habría un control y la gente tendría mayor comodidad al momento de regresar o salir de Venezuela.
Entretanto, Ana Monsalve, de 78 años, presentó su récipe médico y carnet de vacunación para pasar al vecino país. La septuagenaria empleó los servicios de un “sillero”, pues tiene problemas para movilizarse. “Falta que Colombia quite sus vallas. Ya Venezuela retiró los contenedores”, soltó.
Monsalve tiene prótesis de cadera tras una aparatosa caída que sufrió. “Voy a que me saquen una placa”, indicó quien esperaba retornar el mismo día a Venezuela. “Ojalá me puedan recetar alguna pastilla, pues me duele mucho donde me pusieron la prótesis”, añadió en entrevista al equipo reporteril de La Nación.
“La gente está sufriendo, pónganse la mano en el corazón, hagan esa obra de caridad y dejen pasar a la gente por los puentes, pues no es justo que sigan usando las trochas”, especificó mientras relataba que, en una oportunidad, cruzó los caminos sinuosos y fue muy “desagradable”.
Yohanna Parra pudo cruzar con su hijo el tramo binacional. Les dieron acceso porque el adolescente va a vacunarse en Colombia y su progenitora funge como su acompañante. “Deberían tener misericordia y dejar pasar a todos por el puente”, recalcó.
Parra no entiende cómo se mantiene aún el paso restringido por los puentes cuando las trochas registra, a diario, decenas de personas cruzando. “No podemos caernos a mentiras”, resaltó.
Colombia abrió frontera hace ya varios meses e implementó el pico y cédula: días impares con terminal impar, y días pares con terminal de cédula par, esto con el propósito de evitar ríos de gente atravesando los puentes y así controlar los contagios.