Al final del tapón del barrio Rómulo Gallegos de la parroquia Nueva Arcadia, en el municipio fronterizo Pedro María Ureña, está la casa 104. En esa estructura hay un peligro latente que pone en riesgo la integridad de sus habitantes.
En época de lluvias el temor se agudiza. Justo en la parte trasera de la vivienda, donde está el patio, un terreno ha ido cediendo al igual que las casas que están ubicadas en la parte alta, lo que se ha convertido en un constante dolor de cabeza para la famila.
Erika Duarte, una de las dueñas de la residencia, mostró cómo la peña ha ido derrumbándose. «Corremos el riesgo de que las casas de arriba puedan venirse y causar una desgracia. Ya se han caído varias piedras y otros materiales», explicó.
A la casa han ingresado funcionarios de Protección Civil (PC) y de los Bomberos de Ureña. «Quedaron en llevar el caso a la Alcaldía a ver si podían hacer un muro de contención, pero a la larga no han dado más información», aseveró.
Puntualizó que los funcionarios han acudido a su vivienda en varias oportunidades. «El año pasado vinieron. Este año también e hicieron el favor de cortar unos árboles del barrio. Pero todo ha quedado allí, en vídeos y fotos», lamentó Duarte.
La casa está habitada por más de cinco personas, entre ellas una mujer de la tercera edad y varios menores. «Queremos que nos ayuden con la construcción de un muro. Hay piedras que han caído y casi llegan a la sala», relató.
Erika Peña indicó que con el paso del tiempo la angustia ha ido creciendo en el núcleo familiar, «ya que el terreno ha ido socavando y con las lluvias se acentúa el peligro», resaltó.
Jonathan Maldonado