Instituciones como el Liceo Nacional San Antonio y el Liceo Manuel Díaz Rodríguez, fueron empleados como centros de aislamiento social
Jonathan Maldonado
El continuo retorno de migrantes venezolanos por la frontera, ha marcado los últimos días de cuarentena en los municipios de Bolívar y Pedro María Ureña, acentuándose en la ciudad de San Antonio del Táchira, donde, a diario, decenas de venezolanos cruzan el puente internacional Simón Bolívar o los caminos verdes.
Los primeros grupos de venezolanos que regresaron a su país, fueron sometidos a los protocolos de seguridad sanitaria. Luego, eran llevados al Terminal de San Antonio del Táchira, punto que ha servido para la evacuación de las personas. Unidades privadas y de Transtáchira, iban prestando el servicio.
Este fin de semana, el plan cambió. Los retornados, luego de pasar por los controles sanitarios, deben cumplir un protocolo de aislamiento social, como mínimo durante 15 días. Para ello, se han activado algunas instituciones educativas como el Liceo Nacional San Antonio y Liceo Manuel Díaz Rodríguez.
“Nosotros debemos ser respetuosos de las decisiones emanadas a nivel nacional y se deben cumplir”, precisó recientemente el alcalde del municipio Bolívar, Willian Gómez.
El burgomaestre indicó que los cambios en torno a los protocolos de seguridad sanitaria con los retornados, buscan evitar que se expanda la pandemia del coronavirus en el país, y son “recomendaciones de la propia Organización Mundial de la Salud (OMS)”.
En el Liceo Nacional San Antonio están albergadas 348 personas. Niños, jóvenes y adultos, provenientes en su mayoría de Colombia, pasan su cuarentena en las instalaciones educativas. “Ya estoy resignada en cuanto a pasar la cuarentena en la frontera”, precisó Marglys Contreras, quien trabaja como vendedora informal en La Parada.
Previo al traslado a los diversos refugios, los retornados son sometidos a los protocolos de seguridad sanitaria: prueba rápida de despistaje Covid-19, otros chequeos médicos y solicitud de información por parte de Migración Venezuela. Para ello, existen dos puntos de control, uno ubicado en la aduana y el segundo en el Terminal de Pasajeros.
Por la trocha o por el puente
El regreso de estos grupos de migrantes venezolanos ha sido tanto por las trochas como por el tramo binacional. Ambos caminos perseguían un mismo objetivo: regresar a sus ciudades de origen tras el escenario provocado por el coronavirus. Ahora, en primera instancia, deben pasar por aislamiento.
Maricela Hernández, con su hija en brazos, cruzó los llamados caminos verdes. Se encontraba en Villa del Rosario, en Colombia. La cuarentena la empujó a regresar. “Al trochero le pagué con un kilo de arroz y uno de harina. No tengo dinero”, soltó la dama algo fatigada por el trayecto recorrido.
A su lado, iba el trochero, quien llevaba su equipaje y el de otros tres viajeros. Las maletas y demás pertenencias iban en la carretilla del joven que contrataron del lado colombiano. También es venezolano y sobrevive del rebusque por las sinuosas rutas.
“Sé que debemos pasar por una cuarentena; aunque me preocupa enormemente mi hija, ella está sana y no quiero que se contagie”, señaló Hernández mientras seguía con su caminata hacia el Terminal de Pasajeros. “Es duro, pero no tenemos de otra”, dijo a modo de colofón.
“Sé que voy a regresar”
Marglys Contreras llevaba año y medio en La Parada, en Colombia. “Allí conocí gente buena y mala”, precisó al tiempo que reconoció la tristeza que la embargaba por haber tenido que dejar todo a causa del Covid-19.
“Los últimos días fueron muy fuertes. Tenía el estómago pegado en la espalda”, dijo en alusión al hambre que pasó ante la desolación provocada por la cuarentena. “Yo me dedicaba a vender café, refresco y golosinas”, subrayó.
Contreras tiene la convicción de que volverá a Colombia. “Sé que va a ser así. Aquí, en el Terminal nos han tratado bien, nos han dado la comida y nos hicieron todas las pruebas reglamentarias”, resaltó,
Protestas
El hecho de que se estén utilizando algunas escuelas de San Antonio como refugios para retornados, ha generado algunos focos de protestas. En la comunidad de Llano de Jorge, sus habitantes trancaron este lunes el ingreso a la zona en rechazo a que la institución sea usada para tal fin.
“No es por ser inhumanos, pero esta escuela no está apta para albergar a nadie”, dijo una de las profesoras que participó en la manifestación. “Que usen otros sitios como el aeropuerto Juan Vicente Gómez”, propuso otro.
En torno a esto, el acalde dejó claro que, ante la contingencia, se toman algunas instalaciones educativas. “Esta cuarentena no pone en riesgo la salud de los lugareños, pues para ello están aislados. Después de los 15 días, si no hay síntomas, son regresados a sus estados”, dijo.
En Libertadores de América los vecinos también se oponen a que las escuelas sean utilizadas como sitios de aislamiento. Los vecinos salieron a manifestar su descontento por la decisión emanada del Gobierno nacional.
Los municipios fronterizos de Bolívar y Pedro María Ureña, arrancaron la semana con decreto de toque de queda, el cual va desde las 4:00 p.m. y hasta las 10:00 a.m.