Jonathan Maldonado

Vecinos de la urbanización La Esperanza, en el municipio fronterizo Pedro María Ureña, suman más de cuatro meses sin que el agua potable salga por las tuberías.

Celina Rodríguez, habitante y vocera de la comunidad, expuso lo complejo que es vivir sin el servicio del agua potable. Hizo un llamado al gobernador del estado Táchira, Freddy Bernal, para que dirija su mirada hacia las zonas más afectadas en frontera.

Rodríguez detalló que la opción de los carro tanque no es la más viable, ya que hay servicios que cuestan hasta 80 mil pesos –dependindo de litraje–, precio que significa un gran golpe para el bolsillo de las familias.

Su pensión, recalca, no le da para cubrir esos gastos. Puntualizó que las casas más afectadas son las que están ubicadas en las veredas 3, 4 y 5, donde “hay carestía total”.

También instó al ingeniero que atiende la oficina de Hidrosuroeste en la jurisdicción a buscar una solución lo antes posible. “Aunque sea que activen un plan de contingencia y nos envíen agua con cisterna”, resaltó con la anuencia de un grupo de residentes.