Frontera
«Vivo con una incertidumbre que me mata»: madre cuyo único hijo desapareció en Cúcuta
18 de diciembre de 2024
Jhaylander Raúl Arévalo Reyes viajó el 1 de abril de 2022 de La Fría, en el Táchira, a Cúcuta, en Norte de Santander, a averiguar unos repuestos para el internet que iban a instalar en su casa, pero desapareció. Desde ese día, su familia, y en especial su madre, lo buscan incansablemente.
En ese momento, el joven rayaba los 23 años. «Ahorita tendría 25 años. Es mi único hijo», subrayó Rosa Reyes, progenitora que se unió al grupo Esperanza de Madre 2, conformado, en su mayoría, por familias venezolanas, cuyos parientes, migrantes venezolanos, desaparecieron en frontera o en el corazón de Colombia.
Reyes contó a La Nación que por más de tres meses pegaron panfletos de él con la palabra «desaparecido». «Lo buscamos por todas partes en Cúcuta, por las canales, pesando que le pudieron haber hecho algo para robarlo, pero no hemos tenido respuesta».
Sin poder contener las lágrimas, indicó que el dolor que la ha embargado en casi tres años, ha sido indescriptible. «No hay dolor tan grande como ese, vivo con una incertidumbre que me mata de solo pensar en cómo estará».
Aseguró tener una gran fe de que su hijo aparecerá vivo. «Si me lo hubieran matado, ya lo hubiera conseguido. Tengo la fe que él, donde quiera que lo tengan, está con vida», subrayó.
Cada oportunidad para manifestar que su único hijo sigue desaparecido, es aprovechada por la ciudadana, quien viajó desde La Fría, en el municipio García de Hevia, hasta Cúcuta, para participar en la actividad del grupo a propósito del Día Internacional del Migrante, cuya fecha central es este 18 de diciembre.
En la actualidad, Jhaylander tuviera 25 años. «Ese día me dijo: ‘mami, yo al mediodía estoy en casa, pero no llegó. Desde ahí, no sé nada de mi hijo», sentenció.
Jonathan Maldonado