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Humberto Contreras
Según los relatos bíblicos relacionados con el Miércoles Santo, este día marca el momento en que Judas Iscariote conspiró para traicionar a Jesús, cuando acudió a las autoridades religiosas, reunidas en el Sanedrín, y ofreció entregarles al Maestro Jesús, a cambio de treinta monedas de plata, evento este que es narrado en los evangelios.
El discípulo fue quien llevó a los esbirros que envió el sumo sacerdote al Jardín de Getsemaní, donde se encontraba Jesús, y lo identificó dándole un beso en la mejilla, y saludándolo como Rabí, o maestro. Entonces, Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?
La decisión de Judas se ve reflejada como un acto de traición ante una asamblea conformada por 23 jueces pertenecientes a cada una de las ciudades judías del antiguo Israel. Es en este momento en el que, supuestamente, se planea cómo Judas va a entregar a Jesús a los guardias romanos, a cambio del dinero solicitado. A partir de este día, Jesús de Nazaret se convierte en un preso de los romanos que fue hostigado permanentemente hasta su crucifixión.
En un principio, el Miércoles Santo fue el día elegido por la Iglesia para comenzar el ayuno de Semana Santa pero con el paso de los años, las tradiciones ha cambiado la costumbre por el ayuno único de carne que se efectúa el Viernes Santo
A lo largo de los siglos, el Miércoles Santo se convertido en un día de reflexión y penitencia para los fieles, que en la fecha recuerdan estos eventos cruciales en la vida de Jesús. Las diversas iglesias cristianas celebran este día con servicios especiales, lecturas de las Escrituras y rituales que recuerdan la traición de Judas y el camino de Jesús hacia la crucifixión.
Reflexión y arrepentimiento
Para los cristianos, el Miércoles Santo representa un momento de introspección y arrepentimiento, pues nos evidencia la fragilidad humana y la capacidad del hombre, para sucumbir a la tentación y el pecado, lo que hizo Judas al traicionar a Jesús, pues cualquiera podría convertirse en un “judas” en algún momento de su vida.
Sin embargo, es necesario pedirle a Dios que nos de la sabiduría necesaria para serle fiel en todo momento. Por ello, a través de la observancia a conciencia de este día, los fieles son llamados a examinar sus propias vidas, a reconocer sus debilidades y a buscar la reconciliación con Dios y con sus semejantes.
Además, el Miércoles Santo también sirve como un recordatorio del amor y la misericordia de Dios, puesto que a pesar de la traición de Judas y de los sufrimientos que Jesús enfrentó en su camino hacia la crucifixión, consecuencia del acto cometido, la historia de la redención cristiana enseña que el sacrificio de Jesús fue un acto de amor incondicional destinado a la salvación de la humanidad.
Con la celebración del Miércoles Santo, concluye la primera parte de la Semana Santa, ya que este día marca el final de la Cuaresma y el inicio de la Pascua, fecha crucial para el cristianismo en el que, según la Biblia, se decide la sentencia de Jesús en la Cruz.
La historia del Miércoles Santo recuerda lo que representó la más grande traición de las sagradas escrituras. Tal como lo dijo Jesús en una de sus profecías de aquel entonces, Judas, quien era uno de sus fieles discípulos, lo cambió por 30 monedas.
El evangelio de Mateo nos indica que, tras no poder vivir con la culpa de haber entregado a Jesús, Judas no pudo soportar el peso de su culpa y decidió suicidarse, ahorcándose.
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