(EFE).- El depuesto presidente de Siria, Bachar al Asad, recibió este domingo asilo en Rusia, según informó una fuente del Kremlin a la agencia TASS.
«El presidente de Siria, Asad, llegó junto a su familia a Moscú. Rusia, partiendo de criterios de carácter humanitario, le ofreció asilo», señaló la fuente.
Añadió que «Rusia siempre abogó por la búsqueda de una solución pacífica a la crisis siria».
«Partimos de la necesidad de que se reanuden las conversaciones bajo la tutela de Naciones Unidas», comentó.
Según el representante del Kremlin, «funcionarios rusos están en contacto con representantes de la oposición armada siria, cuyos líderes garantizaron la seguridad de las bases militares rusas y las instituciones diplomáticas en territorio de Siria».
Concluyó expresando su esperanza de la continuación del diálogo político en interés del pueblo sirio y el desarrollo de las relaciones bilaterales entre Rusia y Siria.
Los insurgentes declararon este domingo Damasco «libre» del presidente Bachar al Asad tras doce días de ofensiva iniciada por una coalición liderada por el grupo islamista Organismo de Liberación del Levante junto a otras facciones respaldadas por Turquía para derrotar al Gobierno sirio.
Hasta el momento se desconocía el paradero de Al Asad y circulaban rumores sobre el posible derribo de su avión o de que se encontraría en una nación africana.
Poco antes, el Ministerio de Exteriores de Rusia informó de que Asad había abandonado el país tras mantener negociaciones con varios participantes del conflicto armado y dar indicaciones para llevar a cabo una transición pacífica del poder en la nación árabe.
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Decenas de miles de sirios celebran el derrocamiento
Decenas de miles de sirios, en su mayoría huidos a Austria en la última década por el conflicto en Siria, salieron este domingo a las calles del centro de Viena para celebrar el derrocamiento del régimen de Bashar al Asad.
Reunidos primero ante la Ópera de Viena, la multitud se dirigió en una marcha pacífica y alegre, llena de banderas de la oposición siria, hasta el Parlamento austríaco.
Allí, se repartieron dulces para los manifestantes y se cantaron lemas como «Siria vive y Asad ha caído», «Siria es nuestra, no de la familia de Asad» o «El pueblo de Siria es uno».
Según la policía austríaca, no hubo incidentes en la marcha, a la que acudieron también numerosas familias, con hijos, aunque sobre todo hombres y varones jóvenes.
Las televisiones y los diarios austríacos estiman que unas 30.000 personas acudieron a la marcha este domingo en el centro de Viena, donde la principal avenida fue clausurada al tráfico.