Bermejo, Ecuador | AFP | Esta pequeña comunidad es famosa por haber expulsado a las empresas mineras de su territorio amazónico, en el norte de Ecuador. Pero los nativos Cofán Avie tienen otra particularidad misteriosa y fascinante: son los maestros de la ayahuasca, una planta alucinógena, medicinal y puerta de entrada “al mundo de los espíritus”.
“Dios vivió una vez aquí, en este planeta”, dice Isidro Lucitante, de 63 años, patriarca y “taita” (chamán) de las nueve familias que integran esa comunidad en la villa de la Reserva Ecológica de Bermejo. La escasa población Cofán Avie vive diseminada en 55.000 hectáreas de selvas y ríos, a lo largo de la frontera con Colombia.
“Dios arrancó uno de sus cabellos y lo plantó en la tierra. Así nació la ayahuasca, fuente de sabiduría”, añade.
También conocida como yagé, es una decocción preparada tradicionalmente por los pueblos de la cuenca occidental del Amazonas a partir de la liana “Banisteriopsis caapi”.