El Papa Francisco emprendió su visita a Irak, en medio de altas medidas de seguridad y en plena pandemia, con el fin de reconfortar a una de las más antiguas comunidades cristianas del mundo.
El avión del Sumo Pontífice despegó en la madrugada del viernes, 5 de marzo de 2021, de Fiumicino, el principal aeropuerto de Roma. Francisco, de 84 años, aseguró que realizará esta primera visita de un Papa a Irak como «peregrino de la paz».
Durante esta visita de tres días por varias ciudades, el Papa se encontrará con poca gente para recibirlo, debido a un confinamiento total decretado en el país.
El presidente Barham Saleh recibió al papa como un «apreciado húesped» de Irak.
En sus primeras declaraciones desde la catedral de Bagdad, blanco del peor atentado contra cristianos en 2010, Francisco dijo que «esperó mucho tiempo» su viaje a Irak, «cuna de la civilización». Además, califica a los yazidíes de Irak de «víctimas inocentes de atrocidades sin sentido».
Asimismo, El papa «agradece a obispos y sacerdotes» haber permanecido «cerca del pueblo» de Irak y pide que los cristianos «participen» en la «vida pública» iraquí, al igual que solicita a Irak que «luche contra la corrupción» y promueva la justicia.
En las etapas del viaje, se congregarán solo unos centenares de personas, con excepción de la misa del domingo en el estadio de Erbil, en el Kurdistán, en la que participarán varios miles de fieles que han reservado su plaza con antelación.
El programa papal incluye Bagdad, Nayaf, Ur, Erbil, Mosul y Qaraqosh. Recorrerá 1.445 km en un país que hace solo dos días fue golpeado por disparos de cohetes, último episodio de las tensiones irano-estadounidenses que siguen latentes en Irak.
RZ con información de AFP