Internacional
Inflación, el crudo efecto de una guerra lejana que golpea a los latinoamericanos
21 de marzo de 2022
Montevideo, Uruguay | AFP |
Los precios del petróleo y los granos que produce América Latina se dispararon por la guerra en Ucrania, una situación que a primera vista parece positiva para la economía regional pero que tiene una contracara: es la vuelta de la inflación galopante, de los alimentos y el combustible por las nubes.
El FMI lanzó una advertencia: la invasión rusa de Ucrania provoca una onda expansiva que dispara el costo de alimentos y energía, con impactos «sustanciales en algunos casos».
El remezón es generalizado en una región que tiene una tasa de inflación promedio anual de 8%, con extremos de más de 50% en Argentina, más de 10% y en ascenso en Brasil, e hiperinflación endémica en Venezuela.
Algunas naciones latinoamericanas son importadoras netas de petróleo, por lo que el fuerte incremento de los productos energéticos -el crudo rozó su máximo histórico de 147,5 dólares el barril hace 10 días- perjudica sus finanzas.
Otros, como Colombia, que tienen en el crudo su principal exportación, o México, cuya canasta petrolera subió de precio, tratarán de compensar el aumento de los alimentos con los extras del oro negro.
Sin embargo, ningún país estará a salvo del flagelo inflacionario que vino con la guerra.
Incertidumbre en el agro
La porción de Rusia en la balanza comercial latinoamericana es pequeña: Moscú importa 3,18% de lo que consume y exporta 1,48% a esta parte del mundo, según el Banco Mundial (BM). Pero tanto Rusia como Ucrania son grandes exportadores de granos y petróleo, los dos productos que más han subido por los temores a una escasez por la guerra y por las sanciones al comercio ruso.
El analista de la firma brasileña SAFRAS & Mercado Luis Fernando Gutierrez Roque ilustra las dos caras de la moneda.
«El conflicto tiende a reducir las exportaciones de maíz y trigo de ambos países (Rusia y Ucrania), lo que favorece a otros grandes productores y exportadores, como Brasil», señala.
Pero Rusia es el principal proveedor de fertilizantes de Brasil, que depende de este insumo para asegurar su producción.