Este viernes inició la instalación en la OEA de los magistrados del Tribunal Supremo Justicia (TSJ) designados en julio por la Asamblea Nacional (AN), y que han sufrido constantes persecuciones por parte del régimen de Nicolás Maduro.
A la ceremonia asistieron los exalcaldes de Chacao y El Hatillo, Ramón Muchacho y David Smolansky, respectivamente, ambos exiliados por órdenes de captura que pesan en su contra, explicó El Nacional.
De este modo el TSJ nombrado por el Parlamento venezolano, de mayoría opositora, comenzará su año judicial, un acto que ha sido rechazado por algunos embajadores de la OEA.
El Poder Legislativo dio este paso porque considera que los magistrados actuales están al servicio del Gobierno y que fueron designados de manera irregular. Los jueces han denunciado ser perseguidos por el régimen venezolano, así que han tenido que exiliarse a otros países.
El 11 de octubre los seis jueces que estaban asilados en la residencia del embajador de Chile, en Caracas, se fueron del país. Mediante un comunicado, la Cancillería chilena anunció la salida de los funcionarios sin dar detalles.
«Dado que el Gobierno de Venezuela no otorgará el salvoconducto a magistrados legítimos asilados en la Embajada de Chile, decidimos volar», dijo la magistrada Elenis Rodríguez.
En una nota de prensa, los magistrados señalaron: «Como un mecanismo de presión internacional contra la dictadura instaurada en Venezuela, se decidió de manera inédita instalar un Tribunal Supremo de Justicia en el exilio».
A las 10:30 am los magistrados pasaron entre aplausos y gritos de júbilo al centro del salón, donde esperaron a que fueran interpretadas las notas del Himno Nacional.
A pesar de que la OEA no envió ninguna convocatoria para el evento, que ha causado malestar en los Estados miembros (incluyendo los críticos de Maduro), el secretario general, Luis Almagro, asistió a la instalación.
Almagro señaló que desde el organismo internacional se hace seguimiento a Venezuela por la violación sistemática de derechos humanos. Además reiteró que las sanciones son «el camino para poner de rodillas al régimen de Venezuela».