Un satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA) está fuera de control y va a caer en la tierra, aunque se espera se queme en gran medida al entrar en la atmósfera.

Según la Oficina de Desechos Espaciales de la agencia y la Red de Vigilancia Internacional, que monitorea y rastrea el satélite de observación ERS-2, se prevé que haga su reingreso durante la mañana del miércoles 21 de febrero.

El lugar y el momento exacto del reingreso es imprevisible, porque no existe la posibilidad de realizar maniobras para controlarlo.

Posee una masa estimada de 2.294 kilogramos. Probablemente se rompa a unos 80 kilómetros sobre la superficie de la tierra y la mayoría de fragmentos se quemarán en la atmósfera, cayendo en el océano.