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Dólares que compran menos y precios que no dejan de subir. La hiperinflación que vive el país desde noviembre de 2017 se extiende hasta afectar el rendimiento de las divisas en Venezuela. Actualmente la vida se encarece incluso para los que poseen ingresos en moneda extranjera.
Según la data de la consultora Ecoanalítica, hace un año y medio una familia de cuatro miembros necesitaba 110 dólares para costear sus gastos mensuales. Pero ahora, esa misma familia requiere 710 dólares para cubrir los mismos gastos: alimentos, cuidado personal, educación, alquiler, servicios.
“Es decir, el costo de vida en dólares prácticamente se ha multiplicado por seis”, dijo el economista Asdrúbal Oliveros en entrevista con Efecto Cocuyo. Ello tiene una razón: los precios se mueven al ritmo de la hiperinflación y la tasa de cambio avanza a un menor ritmo.
Así lo comprueba también el registro de variación de precios en los últimos cuatro años en el Mercado Guaicaipuro, actualizado al 4 de julio de 2019, un establecimiento municipal en Caracas. Allí el valor de algunos productos fue mayor que la tasa cambiaria reflejada por DólarToday.
Si bien la inflación se ha contenido en los últimos cuatro meses, de acuerdo con la Asamblea Nacional (AN) y el Banco Central de Venezuela (BCV), su ritmo de ascenso se mantiene por encima de la devaluación del bolívar.
El alto encaje legal es uno de los principales factores de esta situación. Éste obliga a la banca a congelar la mayoría de sus fondos en cuentas del BCV y, a juicio de Oliveros, restringe la disponibilidad de bolívares y los créditos. Esto reduce las inversiones y, por lo tanto, el consumo. Y así, asegura, mediante mecanismos de contracción, las autoridades logran desacelerar la inflación y la devaluación.
“La moneda se aprecia porque las cosas que compras están cambiando constantemente de precios mientras que el dólar que utilizas para cambiar y comprar esas cosas, crece mucho menos”, explicó el director de Ecoanalítica.
EFECTO COCUCYO
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