NUNCA HAY que decir de esta agua no beberé, pues a veces las circunstancias tuercen cualquier promesa, y eso es lo que se ha impuesto, como jamás se había esperado, con el uso de la mascarilla para poder desplazarse por necesidad fuera de nuestras casas…Y SI ANTES SOLO se conocía a los enmascarados a través de historietas o del cine, como El hombre de la máscara de hierro, El Zorro, Batman y Robin, El Fantasma, El Avispón Verde, solo por recordar algunos, a la fecha estamos obligados a salir con el antifaz, el cubreboca, el barbijo o como se le diga, para protegernos del mortal virus que invade la Tierra…PARECEMOS encapuchados que vagan por las calles, solo reconocemos al prójimo por la voz y algunos lucen tan cubiertos que se parecen a esos vaqueros del Lejano Oeste norteamericano que se ponían grandes pañuelos para no ser identificados…PARECEMOS individuos de dos caras y ya no nos sale ni piropear porque no sabemos lo que se esconde en las damas detrás de estas caretas…SIN EMBARGO, su uso es una necesidad prioritaria para contener los embates del coronavirus, que al no encontrarse hasta la fecha una vacuna, nos acecha peligrosamente las 24 horas del día y nos convierte en víctimas de una paranoia que se está llevando a miles de víctimas a nivel planetario…MIENTRAS tanto y para los ariscos a esta indumentaria, la obligación es usarla al salir de compras para resguardarse a sí mismo, como al prójimo, por más que nos guste o nos disguste tal accesorio…LA PANDEMIA no es una broma ni ningún invento, pues ha diezmado a países tan desarrollados como China, donde surgió el mal, luego Italia, España, Rusia, Francia, Inglaterra, Estados Unidos, y en América Latina, Brasil, Ecuador, Perú, Colombia, Chile y en buena parte de Venezuela, en donde se ha contenido por las medidas tomadas a tiempo…DESCONOCEMOS los efectos económicos que tendrá el mundo al superar esta crisis, pues la parálisis está gestando paranoias, episodios de ansiedad, de claustrofobia, y con escasos márgenes de tranquilidad pacífica, pues la oferta de televisión deja mucho que desear, los recursos para mantenerse guardado se van reduciendo paulatinamente, y el refugiarse en los libros es una salida para los amantes de la lectura, y ante la falta de mantener ese hábito, son muchos los jóvenes que se aburren al estar en casa sin hacer nada, sin un programa de actividades propios a su edad…Y SI A ESTO le sumamos las deficiencias sufridas, llámense los cortes de electricidad, la falta del gas doméstico, la escasez de la gasolina,  los tres meses de cautiverio que vamos a cumplir el próximo 13 de junio, quedarán fijados por siempre, como nunca, en nuestra memoria como una experiencia jamás sentida.

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Y ESTO, es todo por hoy

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MENTIRAS Universales:

“Cómo te luce tu mascarilla”

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DIOS los bendiga…¿Saben?

VÍCTOR MATOS

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