SIN MEMORIA NO HAY futuro posible. Reiteramos que a veces uno se resiste en dar audiencia a sus propios recuerdos, pero el pasado inexorable nos dirige a retrotraer lo que prometimos ayer, repitiéndolo hoy, confiados en el olvido de los pueblos que, inocentes vuelven a escuchar lo que les conviene, a divinizar los cantos de sirena y a silbar, como coser y cantar, con las promesas con que los hambrientos de gloria pretenden abrir el apetito de los que votarán el domingo 6 de diciembre, ofreciendo un cambio milagroso a través de la Asamblea Nacional, como para decir que el lunes 7 de ese mismo misterioso mes amaneceremos felices y contentos, reventados de la risa y enarbolando el pendón de la libertad, de la riqueza y de la tranquilidad…¿CÓMO LOGRAREMOS tales objetivos? Es la pregunta por las 64 mil lochas, revaluadas por cierto, con la certeza que ese sueño se convertirá en amarga pesadilla, pues el monstruo de la pobreza continuará tal cual mientras sigamos siendo parias ante la comunidad internacional, que al no legitimar los resultados de las elecciones nos condenará a seguir dependiendo de la devoción de los poderes rusos, chinos, turcos o iraníes…NO HABRÁ FORMA ni manera de pedir los reales que necesitamos a organismos como el Fondo Monetario Internacional, FMI, al Banco Interamericano de Desarrollo, BID o al Banco Interamericano, ni siquiera a la Comunidad Andina de Fomento, CAF, que no soltarán ni así de un dólar para paliar nuestro angustiante futuro…ANTE ESTA solitaria presencia del país en el contexto mundial, mueven a risa los argumentos de los aspirantes del gobierno y de la oposición que se medirán en las elecciones parlamentarias, prometiendo, eso sí, que desde sus escaños elevarán su poderosa voz para legislar, de tal manera que aparezca el mago de la flauta y haga rociar de billetes nuestras arcas para que una vez engordadas nos haga la vida feliz, procure el retorno de esos cinco millones de venezolanos desperdigados por el mundo, se coma los tres golpes diarios sin sobresaltos, se ahorre para adquirir la casa añorada, contar con el carro esperado, educar a nuestros hijos, y en suma, consolidar el bienestar de nuestra familia…A TODO ESTO, ¿habrá quien les crea a los mensajeros de la dicha y el bienestar del futuro inmediato? Muchos afirman que sí, pues si es bien cierto que la esperanza es lo último que se pierde, de ilusiones algunas veces se mueve el hombre…LO CIERTO es que seguirán los mensajeros del bienestar público que se instalará definitivamente al mes siguiente del proceso electoral, eso sí, si vota por quien lo pide, pues su palabra “es oro” y el futuro es de diamante.
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Y ESTO, es todo por hoy
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MENTIRAS universales:
“Cumpliré todo lo prometido”
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DIOS los bendiga…¿Saben?
VÍCTOR MATOS
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