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Eduardo Marapacuto
El pasado domingo 20 de agosto hubo elecciones en América Latina. La primera, en Guatemala, ya en una segunda vuelta donde se impuso Bernardo Arévalo, con una aplastante victoria del 50 por ciento de los votos, derrotando a las élites conservadoras que manejan el poder en ese país. La segunda, en Ecuador, donde se impuso Luisa González, candidato de la izquierda impulsada por el correismo, quien irá a una segunda vuelta contra Daniel Noboa, persona de gran poder económico, pero de poca experiencia política. Como vemos, más que una lucha política, es una lucha ideológica, entre la derecha y la izquierda; entre pobres y ricos; entre pueblo y oligarquía.
Esa es la verdad. Al igual que el resto de los países de América Latina, donde las clases poderosas, las oligarquías ligadas a las derechas fascistas y al imperio norteamericano, se creen dueñas y con el derecho exclusivo de gobernar. Por ello, habría que plantear dos interrogantes, respecto a las elecciones de Guatemala y Ecuador: ¿Qué estuvo en juego en esas elecciones? ¿Cuáles serán los efectos colaterales de esos resultados? Como respuesta y en medio de esta incertidumbre hay que esperar para ver cómo se desarrollan los acontecimientos, pero el prontuario y el historial de violencia de la derecha fascista, nos dice que cuando la oligarquía y los poderosos grupos opositores pierden el poder, de inmediato se ensañan contra los nuevos gobernantes, donde son atacados, vilipendiados, perseguidos y no descansan hasta que logran derrocarlos y muchas veces hasta asesinarlos. Ejemplos, hay muchos y donde esa historia macabra se ha escrito con la sangre de nuestros gobernantes, cuyos capítulos se siguen escribiendo con las persecuciones, desapariciones forzosas, quema de personas, sanciones y bloqueos criminales contra nuestros pueblos.
El calendario electoral 2023 de América Latina señala que el 22 de octubre son las elecciones presidenciales y parlamentarias en Argentina. En el caso para Presidente, si ningún candidato alcanza el mínimo requerido que es del 45% de los votos o más de 10 puntos de diferencia, superando el 40%, entonces debe celebrarse una segunda vuelta entre los 2 candidatos más votados, que se realizaría el 19 de noviembre. Igualmente, el 29 de octubre se realizarán elecciones regionales en Colombia, donde se elegirán gobernadores, alcaldes y concejales. Por último Chile cierra este ciclo electoral 2023, cuando el 17 de diciembre los electores deberán acudir a las urnas, con la figura del voto obligatorio para decidir si ratifica o rechaza el proyecto constitucional.
En cuanto a la situación actual de las democracias en América Latina, en términos generales, el panorama es de encrucijadas y de incertidumbre, donde los desafíos son fuertes, tanto en el propio terreno de la política como en la narrativa que se escribe y publica diariamente en todas las redes y medios de comunicación. La falsa narrativa señala que donde gobierna la derecha son democracias estables y consolidadas, mientras que donde gobierna la izquierda las democracias son corruptas. Es al contrario, donde gobierna la derecha la democracia es híper-mega corrupta, de naturaleza traidora y desprecio por el pueblo. Nada les importa, solo sus privilegios.
Ahora bien, por la salud de las propias democracias, que se acabe la incertidumbre y se imponga la voz altiva y revolucionaria de los pueblos.
Politólogo, MSc. en Ciencias Políticas.
Investigador RISDI-Táchira
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