¿Acaso en su apocalíptica visión
vislumbrase Juan allá en Patmos
esta tierra del norte
del Nuevo Mundo…?
Tierra de gracia
ahora plena de desgracias
quieren convertirla
en la gran ramera,
la nueva Babilonia
donde el gran dragón rojo
la bestia de mil cabezas
marca a sus lacayos elegidos
en la frente y las manos,
con sus estigmatizados números,
con su ideología deformada
para que les empeñen sus corazones,
oscurezcan sus conciencias
y les ofrenden sus almas.
Los 4 jinetes se desbocan
las langostas se esparcen
hambre, enfermedad,
sangre, miseria
se enseñorean
de la pequeña Venecia
¿Vendrán a liberarnos
ejércitos de azules arcángeles?
¿surgirá acá la nueva Jerusalén?
¿veremos al fin la tierra prometida…?
(Rodolfo Sánchez Ochoa)