Porfirio Parada
Soy consumidor de redes sociales. Tengo algunas cuentas, y las que no tengo las miro por otras cuentas que comparten esas otras redes sociales. Tengo mucho tiempo en una cuenta que ahora se llama X (Tuiter o Twitter). Tanto tiempo usando esta red que me asombro, pero también me ha permitido reflexionar sobre mis días viendo y leyendo ahí, entre tiempo libre y ocupado, vicio y placer de querer saber y seguir leyendo, saber qué publican, las noticias, algunos chismes y farándula, por supuesto los “fake news”, leer a los que tienen más seguidores, ver sus respuestas de otras respuestas de otras personas que lo siguen. Los tuiteros de palabras simples que te marcan la vida, y los que utilizan y reutilizan hilos. El retuit que ha cambiado con el pasar de los años, la gente que le sigue gustando que le den al corazoncito luego del tuit sobre una idea que recién se piensa y se escribe.
El Ttiter y la vida, está relacionado con la realidad. Los ciclos y cambios, lo bueno y malo, la guerra y la paz, lo exagerado con lo más equilibrado, la mentira y lo más verdadero. El amarillismo con lo ecuánime. Expresiones de amor y también de odio. Todo está ahí, es una caja convertida en enciclopedia digital colgada a internet. Es la galería del mundo con continuos mensajes e imágenes que se cargan y acumulan una con otras. En palabras o en 3D. GIF, memes, videos y más videos. Mi primera idea de estar en esta red social fue para estar informado y por el tema comunicacional. Y así fue como empecé, me gustaba la interacción con las demás cuentas, me gustaba eso de los pocos caracteres que antes exigían para escribir, llegando a un punto, donde se tenía o debía tener esa destreza para resumir una simple o gran idea en pocas palabras. Sin embargo, existen personas que en su libertad plena escriben cualquier cosa, en casos, textos sin razón alguna, o también escriben para buscar algún espacio, un desahogo, alguna persona que se sienta identificada con ella, con lo que se escribe, encontrar alguna compañía virtual en la soledad real, ser y encontrar la empatía en el olvido. También he consumido ese tipo de lectura.
Con el pasar del tiempo continuaba con mi intención inicial pero luego hubo cambios. Si en un principio tenía esa óptica de ver información en general, incluso sin participar ni escribir mucho, con el paso del tiempo la cuestión se tornó más personal. No solo escribiendo mis ideas, certezas, vacíos y debilidades, pensamientos o citas, aforismos, sino también reflejaba mi suprema alegría o repulsiva fatalidad de alguna discusión en ese momento con varias personas, y creo que no hay nada malo en ese parte, pero sí sentí que seguía siendo más personal y se estaba perdiendo como del propósito más placentero y fresco. Paralelamente a esto, no dejaba de ver los videos sobre el reino animal, o curiosidades de arquitectura, de los animales, de viajar por el mundo a través de los tuits y retuits. Conocer milagros del mundo en una foto, cosas espectaculares o también ver lo más miserable y maldito, la cara más cruda y detestable de nosotros, la humanidad, en nuestro paso por el planeta tierra.
Por esta última razón también le he dado espacio y pausa a esa red social por pequeñas pero significativas temporadas, la dejo de leer, aunque sigo regresando a ella. Me gustaría ser menos irónico, menos sarcástico, algunas veces menos atorrante, al escribir algo y publicar en tuiter, es decir, menos tóxico. He escrito feliz pero también obstinado, descarga de buena y mala energía. Porque eso es de las tantas experiencias que me ha dejado tuiter, compartir mi faceta como poeta y darle retuit a lo bonito que uno puede ver hasta mi lado más oscuro, pesimista y existencialista. También con el paso del tiempo me di cuenta que no busco seguidores, no busco que me sigan y que me lean constantemente, lo que conlleva a ese deber de responder por cada tuit escrito y seguir con ese ciclo o bucle. Tampoco busco polemizar (ya estuve allí) algún tema, o ser protagonista de un debate sobre una idea social, política y cultural. No busco hacerme sentir con lo que escribo y pensar de la vida, del mundo, y de mi país Venezuela, aunque también ya lo he hecho. Como escribí en un principio y volviendo a las raíces, busco estar informado, como en la lectura de un periódico o varios periódicos, pero en digital, desde el celular.
He leído tuits de destacadas figuras de la literatura como Héctor Abad Faciolince, Fernando Vallejo, y el historiador venezolano Rafael Arráiz Lucca. Con la poeta Sonia Chocrón nos hemos respondido algunas publicaciones. Con algunos conocidos y cercanos todavía interactuó, sutilmente. Visualizar la movida cultural de Caracas desde ahí. Algunas veces me inspiro con un verso libre y lo comparto. Antes publicaba más frases de otros escritores. Cuando se escribe y se lee sobre un mismo tema porque es “tendencia” algunas veces cansa la vista y aburre. Me salgo. Me gusta el fútbol, veo muchos resúmenes de juegos, escucho narraciones, repito el video para ver bien el gol. Sobre temas y anécdotas sobre el cine también sirve de mucho y me gusta. Tráiler y más. Leer, ver y conocer las efemérides por tuiter me gusta también, hay cuentas que se lucen, no se quedan solo con la fecha y datos sino hacen grandes investigaciones en cápsulas, algo bien conciso y nutritivo para la mente, muy buenos diseños.
Creo que a medida que pase la vida y los años, y la piel y la mente de uno se va venciendo y acabando es mejor estar en la mejor sintonía con las redes sociales. Es una luz y un arma. Depende de cómo se use. Estos días perdí la clave y duré varias semanas sin ingresar a mi cuenta desde mi celular, eso hizo que durante varias semanas no hacia la rutina de pararme y de una vez tomar el teléfono y leer las primeras noticias que me llegaban. Al principio extrañé ese acto, pero luego me acomodé a la situación. No critico a los que escriben o publican a cada rato, los que buscan generar opiniones e interacciones casi a cada instante porque si los critico sería criticarme a mí mismo por ser parte del sistema, hay otros que son ausentes, personas que solo usan tuiter para leer sin escribir ni dar retuit ni corazón ni nada, con ellas tampoco me meto. Cada quien con su vida y sus publicaciones. Seguiré ingresando a X (Tuiter) cada vez más distinto, o repetido, buscando noticias como se hacía antes desde temprano en la mañana para ver que acontece en nuestro mundo y país. Solo ver y estar informado, y ojalá sea hasta ahí.
*Lic. Comunicación Social
*Presidente de la Fundación Museo de Artes Visuales y del Espacio
*Locutor de La Nación Radio.