Opinión

Desde la alquimia de una hermosa mujer

14 de agosto de 2024

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Néstor Melani-Orozco

Desde tantos amaneceres; la miel de las abejas y el divino lienzo del Corazón de Jesús. Entre los símbolos secretos que concedió «La Alquimia» revestida de lecciones inmensas dentro la fuerza de la teosofía y la ciudad de los viejos, se narró aquel acto de una promesa guardada en la pureza de las flores. Entre los libros y el «Amor Divino» como de tintes modernos: «La Sultana del Zulia» y desde las estolas romanas, el niño Jesús venido de la imaginería de la Via Apia de la verdad, entre lo humano y lo divino.                        Así lo describieron los ancianos, era dicho de un 1897. De haberle visto en las fiestas de familias invocando versos de Olmedo o describir «La Divina Comedia» y con delicias poder bailar en una romería en Carikena, el libro de Florencia lo guardó Emilio Constantino entre estrellas eternas y la mula de Cornelio Andrade de los García de Hevia, para el jornal de los páramos e ir a bendecir la cruz de los muertos en el portachuelo. Lo dijo el abuelo Dionisio, mientras dibujábamos los primeros crucifijos con colores y óxidos alemanes que vendía Don Pablo Rosales en su tienda de la esquina rosada, donde estaba la calle real y la plaza del convento. Fue entonces oír la virtuosa leyenda de una hermosa mujer visitando al mentor y sacerdote en las noches, como un embrujo, entre las fuerzas sobrenaturales y el divino misterio de la poesía. Más allá de las medias noches, de lunas, donde aún ceremoniaban los búhos desde la iglesia del monasterio del pintor Fray de Orellana. De tres siglos atrás.  

Hubo de lágrimas, los ojos como espejos de viajes oníricos, para asistir a los cónclaves del silencio y llorar las promesas del Seminario de Mérida, como un ave volando los puntos elevados de catedrales y palacios. Una noche, entre las tormentas y las fuerzas del Catatumbo, ella le predijo los dolores y los viajes, el destierro y la santidad de poseer la misión de un cardenal. Más del olor del invierno, el sabio sacerdote Jesús Manuel la hizo prisionera ¡Ella suplicó! Pidió, rogó, para que la dejase ir y volver a su materia. El prelado pronunció oraciones; un Padrenuestro… «Señor, perdona nuestras ofensas… y enseñamos a perdonar a quienes nos ofenden»…  ¡Lo dijo en latín!: …»Delicta nostra dimitte nobis. Et doce nos ignoscere illis qui nos offendunt»… Volaron las eternidades entre mariposas blancas y otras colores cenizas.

La mujer suplicó. Y el padre dio una condición que la dejaba volver a sus orígenes, con el compromiso de si volvía le trajese una Rosa Blanca de los jardines del Vaticano. Se estremeció el amanecer, así lo narraron los viejos, desde mi abuelo, hasta los secretos escritos de Doña Josefa Melani. En las cartas del Ateneo Luisiano.                        Al día siguiente, todo volvió a la normalidad. El monseñor retornó a sus tareas de rector del colegio Seminario y encaminándose a su cenáculo de grandes virtudes. Al abrir su despacho, ¡cual sorpresa!  Entre los libros de su escritorio estaba una Rosa Blanca, junto a una Rosa Roja. Meditó el Monseñor y de silentes misterios de otras dimensiones guardó el precioso recuerdo en sus escritos en el «Misionero» esa tarde, llevó las dos flores romanas a los pies del Cristo de los milagros.                      

Esta memoria, la narró con los años el autor de la novela «Lucía» en una cena de Navidad en la casona de los Gandica, y muy después en muchos tiempos la revivió el arzobispo Acacio Chacón en el obispado de la Ciudad de los caballeros. Mientras de las estrellas se revivirá una historia infinita del amor, entre la bruja y el reloj del tiempo. Como de eternidades la comarca revestida de nieblas y el aroma de los siglos…

Entonces lo predijo la mujer. Vino el destierro y los viajes inmensos para finalizar con el compromiso del cargo de un cardenal: de ser director y bibliotecario del Archivo del Papa. Dobló la campana y La Grita olvidó los años…       

 *Artista Nacional. *Premio Internacional de Dibujo Joan Miró 1986. Barcelona. España. *Miembro Honorario de la Sociedad Bolivariana de New York. *Cronista de La Grita. *Maestro Honorario. *Doctor en Arte. *Premio Nacional del Libro 2021. *Honrado con un Salón en el Palacio de los Leones de San Cristóbal por el Gobernador del Táchira. 2022. *La Feria Internacional del Libro 2023 se realizó en su nombre a su trabajo de Creador, escritor y dramaturgo.

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