Los refugiados son personas que huyen de sus países porque tienen miedo fundado a ser perseguidos por motivos de raza, religión, nacionalidad, opinión política o por ser miembros de algún grupo social en particular. Un refugiado, o bien no puede volver a su país, o tiene miedo de hacerlo”. ACNUR.
Desde tiempos inmemoriales hasta el presente los refugiados representan una cantidad grande en muchos países. Se considera refugiado a la persona que por diferentes causas como guerras, revoluciones o conflictos sociales de diversa índole salen de su patria y buscan asilo en otros países. En algunos casos por motivos conflictivos, económicos o para explorar nuevos horizontes de vida, existen millones de personas en el mundo que abandonan su hogar y familia para comenzar una vida más sustentable. En determinadas oportunidades una cantidad considerable de ellos tienen suerte, mientras miles de centenares sufren penurias de toda clase. Además, en ciertas ciudades del universo se practica la xenofobia contra los extranjeros, lo cual trae serios inconvenientes a los mismos para vivir en condiciones aceptables.
Aunado a los millones de refugiados están los desplazados, los cuales en su mayoría tienen una condición de ilegalidad o clandestinos en los países de destino. Asimismo, en la actualidad el mundo posee a millones de migrantes, exiliados, fugitivos, perseguidos y expatriados por innumerables razones los han forzado a abandonar su terruño y buscar suerte allende de sus fronteras. Semejante calvario lo padecen más de cuatro millones de venezolanos, que han emprendido nuevos derroteros para paliar la grave crisis que padecemos y se profundiza cada día por culpa del nefasto desgobierno socialista que azota y destruye a Venezuela desde 1999.
El incremento de los refugiados y desplazados produce serios inconvenientes a la sociedad donde ellos arriban. Entre esos se encuentran: enfermedades, estreches presupuestaria de los países receptores, inseguridad, drogadicción, insuficiencia de los servicios públicos, incremento de desempleo, aglomeración incontrolable en sitios no aptos y otros problemas sociales afines.
Para tratar de solucionar ese dramático problema social, para las dos partes: afectados como a los países anfitriones, la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprobó la Resolución 55/76 de fecha 4 de diciembre de 2000. Con anterioridad había el antecedente de la Organización de la Unidad Africana (OUA), donde estableció celebrar el Día del Refugiado en África, el 20 de junio. Por tal motivo, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), declaró esa fecha como el Día Mundial del Refugiado, con la finalidad de prestar el mayor esfuerzo y colaboración para menguar en parte los graves problemas de los refugiados, desplazados y demás grupos sociales afines que se van al exterior.
Hoy día tanto las Naciones Unidas, como instituciones y celebridades del mundo llevan a cabo denodados esfuerzos para atender, aliviar y proteger a millones de refugiados, desplazados y semejantes en ese orden, ansiosos de hallar mejores condiciones de vida. Existen además de ACNUR varios organismos de ayuda, socorro y protección de los refugiados y desplazados. Entre ellos se cuentan a: El Comité Permanente entre Organismos (IASC), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), EL Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH), el Programa Mundial de Alimentos (PMS) y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH).
Al celebrarse el Día de los Refugiados, el 20 de junio pidámosle al Todopoderoso que le dé sapiencia a los gobiernos, a los líderes de los conflictos y a los entristecidos por dejar sus países, para reducir las dificultades en las ciudades receptoras. Mi palabra de aliento, solidaridad y suerte a mis hermanos connacionales que por diversos motivos han huido de su suelo. A todos ellos que la providencia los proteja y los dote de bienestar allá donde se encuentren. Enhorabuena valientes refugiados por la osadía de emprender un destino diferente.
Alejo García