Leonor Peña
La hora del puntal, esa merienda tachirense que existe y persiste, se pone de gala en la mayor celebración que invita a “tardear”, a merendar, a apuntalar con amigos y familia en los días de las pascuas de navidad y resurrección. Días en que la Hora del Puntal tiene su mejor puesta en escena como ocasión para saludar, visitar, reencontrarse en la mesa del merendar, que perdura más allá de la temporada pascual para seguir invitando todo el año, entonces se alarga como una procesión el protocolo gastronómico y extiende su mantel de la tarde para convocar a la hora del puntal merendando a lo tachirense: apuntalando.
El Puntal tiene su menú específico de panes para acompañar con café o chocolate, y en tiempo de pascua el propio de estas fechas, por eso encontramos en la pascua de diciembre un puntal de navidad que tiene como plato principal la hayaca acompañada de pan dulce camaleón y en la mesa de pascua de resurrección los panes dulces y salados, colaciones y postres propios de la gloriosa resurrección, que comparten honores con los grandes invitados del puntal: el café recién colado o el chocolate en tasa.
En este Puntal, se da la ocasión propicia para completar con una visita las conversas del festejar el encuentro; prolongar el tiempo del disfrutar la sobremesa del almuerzo pascual; despedir a los visitantes; atender a los huéspedes y familia. El resto del año la hora del puntal es, como evento aparte, el que marca la hora del convidar a tardes de disfrutar un chocolate o café, en las que además de tortas y colaciones aparecen los muy nombrados panes tachirenses con credenciales correspondientes a europeas recetas, que nos ha traído su migración por más de cuatro siglos, junto a la bondad del trigo para elaborar nuestro extraordinario pan tachirense, tan reconocido y más ahora que está borlado por su valor regional con la. declaratoria oficial como Patrimonio cultural gastronómico del Táchira.
Es precisamente en horas de la media tarde cuando el itinerario de nuestra mesa señala una de las tres comidas intermedias: la hora del Puntal. Y es que este ritual gastronómico, junto a las Onces de la media mañana, y la sobremesa de la cena llamada Taquito, son el trío de comidas ligeras, de aguante, de “tente en pie” que nos sostienen, que nos apuntalan, para esperar hasta las importantes horas de las comidas principales del almuerzo y la cena.
En esta agradable cita de la hora del puntal, tradicional ritual alimentario en nuestra excelente mesa regional, las ofertas son más ligeras en protocolo y al tiempo más significativas en sus herencias culinarias de especiales ingredientes para merendar, que llegan ufanándose de buenos bocados junto a los excelentes panes tachirenses, haciendo las veces de plato de postre como las tortas, pudines, flanes, quesillos, gelatinas y colaciones de feria que aparecen junto a los tan nuestros caramelos de las despedidas de la merienda, que las abuelas acostumbraban a regalar de “avío” para el viaje: los cacaítos.
La costumbre gastronómica en el Táchira invita con aprecio a la hora del Puntal de la Pascua de navidad o de la Pascua de resurrección, como lo hacemos para el desayuno de la misa de aguinaldo, o los almuerzos del día de navidad o del día de año nuevo. Si hay que afirmar que en las dos fechas de las Pascuas es cuando demostramos en el Táchira la variada y múltiple mesa, nuestra gran mesa de merienda a la hora de apuntalar.
Y es que la mesa tachirense es una mesa de celebraciones, es un altar del festejar, de reunión y alegrías. Es una mesa que se viste de encuentro para la fiesta de la vida, marcada por los eventos de orden cultural social y en especial los que permanecen por generaciones como el bautizo católico, los matrimonios ya sean por el culto que se profese o por las leyes de la República, que lo hacen llamar Matrimonio Civil; las primeras comuniones y graduaciones de estudios y por supuesto los cumpleaños y celebraciones onomásticas del santoral que se prestan para invitar en la tarde en anticipo a la fiesta para combinar el festejo con la hora del puntal.
En esas fechas de las pascuas como la pascua florida de navidad en diciembre y la pascua de resurrección al final de la Semana Santa, se concertan en el Táchira reuniones para celebrar cómo lo sabemos hacer: en nuestra mesa con lo mejor del recetario patrimonial familiar en platos y recetas como heredad que mantenemos en respeto a la cocina de las abuelas.