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27 de noviembre de 2024
Alejo García
Desde épocas inmemoriales los trabajadores han sido los verdaderos héroes, protagonistas y fieles cumplidores de la proeza del trabajo humano en todos los tiempos. De ahí que: “el trabajador es toda persona física que presta sus servicios subordinados a otra persona, institución o empresa, para obtener una retribución a cambio de su fuerza de trabajo”. A través de la historia la evolución del trabajo ha tenido una serie de alteraciones. Así por ejemplo en el sistema feudal, los trabajadores no canjeaban su faena por una dieta salarial, ya que era considerado como un siervo y en su lugar recibía protección y vivienda por sus labores para su amo. Al acercarse la Revolución Industrial se iniciaron los movimientos reivindicativos de la clase asalariada. A partir de este acontecimiento sus derechos están vinculados a las conquistas políticas establecidas en las normas de los tratados internacionales y nacionales contentivos de una remuneración salarial por el trabajo realizado.
En tiempos remotos los trabajadores eran sometidos a tratos crueles y a largas jornadas de trabajo. Luego de varios siglos de condiciones infrahumanas, los mismos comenzaron una lucha tenaz por sus derechos, la cual dio resultados favorables. Iniciaron una campaña para reducir la jornada de 18 horas laborables. Su empeño era trabajar 8 horas diarias. En uno de los países donde primero se constituyeron los trabajadores en organizaciones sindicales fue en los Estados Unidos. La mayoría de ellos estaban adheridos a la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo. Sin embargo, había otra institución sindical denominada Federación Estadounidense del Trabajo, de mayor trascendencia que sus similares.
Al realizar el cuarto congreso de la Federación Estadounidense del Trabajo, el 17 de octubre de 1884, estableció que desde el 1 de mayo de 1886, la duración de la jornada de trabajo era de ocho horas. Para incentivar el interés de los jornaleros el 1 de mayo de ese año emprendieron una huelga en varias empresas en Chicago, cuyo resultado fatal estuvo compuesto por muertos, heridos, represión, detenidos y persecución. En desagravio esa situación hostil y brutal de las autoridades, el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, efectuada en Paris en 1889, instituyó el 1 de mayo como el Día Internacional del Trabajador. A partir de entonces en muchos países celebran esa efeméride en remembranza y tributo a los mártires de Chicago. En Venezuela se inició su celebración el 1 de mayo de 1936.
Al comparar las dificultades de los trabajadores en esos años lejanos, encontramos enorme diferencia con el tipo de sufrimiento que pasamos los venezolanos y especialmente sus trabajadores, por la situación difícil y en aumento cada día por la actitud y aptitud de un desgobierno sinónimo de crear pobreza, hambre, persecución, emigración de millones de compatriotas y pésimos servicios públicos esenciales para el bienestar colectivo. Así como el descontento y pesadumbre por las enormes colas para adquirir los productos alimenticios, de bienes y servicios.
Una vez más comprobamos que el peor gobierno del mundo es el dirigido por el socialismo. Los hechos así lo demuestran: los precios de los productos por las nubes, hiperinflación y el desabastecimiento de alimentos, medicinas, gas, gasolina, el sistema de salud en bancarrota y demás responsabilidades gubernamentales son un desastre. Por eso resulta un contrasentido que la clase trabajadora debía tener un trato preferencial en un régimen socialista, ahora está sometida a medidas y políticas contrarias a su euforia. No es con palabras y ofrecimientos patrioteros hacia la población que a cada momento con abundante verbosidad los altos jerarcas gobierneros tratan de demostrar que es el imperio y los oligarcas son los responsables de la crisis. La mayoría de los venezolanos no cree en esa nimiedad. Por el contrario, exigimos medidas adecuadas, oportunas, veraces y viables para menguar la crisis draconiana que ha convertido a Venezuela en uno de los países más pobres del mundo. A pesar de todas las penurias deseamos enhorabuena trabajadores. Ustedes son el tesón para lograr algún día la recuperación del empobrecido país. (Alejo García S) / [email protected]
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