Porfirio Parada

He desperdiciado la vida en manteles acomodados en contemplaciones redundantes, en animales comestibles en soliloquios cargantes, en sangre para perro en instantes abundantes, en silencios del silencio en sangría energizante, en luces melodiosas en oscuridades cantantes, en el líquido que emociona en tierras secantes, en distancias malinterpretadas en placeres agobiantes, en la boca destacada en el rostro alarmante, en el primer verso en el último escalofriante, en el peso y sobrepeso en grasas flamantes, en mis quejas repetidas en mi cabeza danzante, en escondites desenmascarados en soledades vacantes, en observaciones censuradas en cuerpos desafiantes, en espaldas maltratadas en abusos malsonantes, en dolores pasajeros en pasajeros constantes, en fotografías recordadas en sitios reclamantes, en ríos de palabras en sueños delirantes, en fábulas modernas en ideas recalcitrantes, en pasos memoriales en huellas vibrantes. He desperdiciado la vida y la vida me aprecia cada día más.Tenía tiempo sin escribir. Pero es bueno recomenzar contigo. Hay tantas cosas que contar, escribir, conversar que se complica reducirlo en una carta, pero quizás en el mismo ejercicio de la escritura, se irá fragmentando las partes, las emociones, lo acumulado. Por supuesto no llegará a su totalidad, pero el inicio y después su propio avance, habrá ya material, ya será cada vez más cercano el encuentro, el deseo de comunicar, el desahogo. Extrañarte y extrañar la escritura. La unión de ambas. 

Lic. Comunicación Social 
Locutor de La Nación Radio