Leonor Peña
Va por usted Señor !Los grandes árboles se aquilatan en toda su dimensión cuando caen. Como el gran árbol antena que hasta el final señaló horizontes desde su arboleda, y nos conmociona en su caída, hoy la enramada del bosque tachirense se conmueve al sentir su partida. Conmociona el rasgar de maderamen del alto patriarca, del pino laso abriéndose paso hasta el suelo de su tierra en busca de reposo, muriendo para comenzar a renacer en el andar de su huella que ya vence nieblas de olvido, para ser el inolvidable señor y empresario que en vida fuera Hugo Domingo Molina Colmenares.
La noticia atravesó distancias de exilios para llegarnos en mensajes de homenaje y duelo colectivo. La noticia de su muerte, corrió como en los versos del poeta Lorca, y… a través de las ganaderías, hubo un aire de voces secretas que gritaban a toros celestes. Mayorales de pálida niebla.
El impacto de su partida y la emotiva despedida en la última vuelta al ruedo del gran empresario taurino, que fuera para nosotros los tachirenses símbolo de éxito ganadero, de acierto emprendedor, de arraigado afecto por su tierra, nos llama a cumplir la obligación de escribir para reafirmar en su elogio, que el siglo XX venezolano fue un siglo tachirense. Lo indicó siempre Ramón J. Velásquez; lo señala la investigación histórica; lo reafirma el sencillo contar del pueblo y lo ratifica con creces este recuento colectivo que estamos haciendo ante su muerte, rubricado por el comentario general: Ha muerto Hugo Domingo Molina, el mayor empresario taurino de Venezuela. Emprendedor visionario, asertivo constructor de posibilidades, innovador adelantado, marcó al Táchira con su impronta; a Táriba su pueblo natal, cómo ruedo afectivo de sus querencias; a colectividades ygremios, y sobre todo a nuestra ciudad de San Cristóbal, al renovar con su acción el máximo evento taurino de Venezuela: nuestra Feria de San Sebastián. En la cronología de esta nuestra Feria se marca un antes y un después de Hugo Domingo Molina, porque como visionario gerente con audacia cambió las pueblerinas ferias de nuestra ciudad, que de su mano tomaron la alternativa para vestirse de luces y abrir plaza ante el mundo como Feria Gigante de América. Fue su iniciativa la que convirtió bajo su batuta de exigente director a nuestra aldeana feria en Gran Feria Internacional de San Sebastián, orgullo de Venezuela en el mundo, como bien señala el lema de la Vuelta Ciclística al Táchira, evento que también recibió la bonanza de su impronta.
En justicia debo decir que dos tachirenses notables del siglo XX marcaron el mundo taurino venezolano:Juan Vicente Gómez y Hugo Domingo Molina Colmenares. El General Gómez como Presidente de la República, ganadero y taurino, ejerciendo su poder para fundar ganaderías, invitar y patrocinar toreros y corridas y hacer construir las dos más hermosas plazas de toros de Venezuela, y puedo decir que se cuentan entre las más bellas del mundo : La Maestranza de Maracay y el Nuevo Circo de Caracas. La plaza de Maracay inaugurada en 1933, diseñada por el reconocido arquitecto venezolano Carlos Raúl Villanueva tomando como referente la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. El Nuevo Circo de Caracas, Inaugurada el 26 enero de 1919, de estilo Mudéjar, diseñada por el renombrado arquitecto Alejandro Chataing. En el Táchira es gracias al señor Hugo Domingo Molina Colmenares, empresario de visionarias iniciativas, gerencia y tesón para convocar voluntades y recursos que se consteló el construir para San Cristóbal el complejo ferial, que integra como abierta copa dispuesta para el brindis cordial, la Plaza Monumental de Pueblo Nuevo, excelente obra del arquitecto Eduardo Santos Castillo, inaugurada el 17 de enero de 1967.
Los tachirenses con orgullo hemos hecho de esa plaza nuestro icono celebratorio de música, fiestas y tauromaquia, porque como pueblo taurino por herencia española, cumplimos muy bien el decir ibero de:vivir la fiesta y dormir la siesta. Por ello destacamos en el retablo nacional desde tiempos coloniales, marcando en relieve las ferias y fiestas de pueblo según el santoral del día de nuestros Patronos. Fiestas que se gradúan como Feria al construir un encierro o redondel para abrir plaza a la primera corrida de toros.
Va por usted Señor!unas palabras como humilde abono a la deuda que tenemos los tachirenses con usted, por tanto. Otros grandes señores empresarios, otros grandes árboles del bosque se le adelantaron en el camino y partieron para ser inolvidables. José Rafael Cortés Arvelo, Ignacio BrangerSemidey, Luis Jugo Amador, Juan Galeazzi Contreras, Edgar Asís Espejo, Martin Marciales Jaime… la lista es mayor -quedo en deuda con quienes no nombro- pero la brevedad exige cerrar mi escrito. Usted, como ellos, se merece mucho más que estas simples líneas que al escribirlas exorcizan, alivian un poco la pena del decir adiós a tantos amigos, y en las que me permito resolver crudos duelos recientes que nos está dejando este tiempo de pandemia.
Nos siguen llegando las imágenes de su última vuelta al ruedo en su plaza, en la Plaza Monumental de Pueblo Nuevo. Va por usted Señor… lo saludo sin distancias desde el centro de la plaza del respeto tachirense para decirle que con usted se va un tiempo de oro de ese siglo XX que marcó en positivo a toda Venezuela con la presencia de ese Táchira que también era usted. Va por usted Señor, mi saludo en los versos de Adiós al siglo XX, del poeta Eugenio Montejo: Cruzo la calle Marx, la calle Freud; ando por una orilla de este siglo… Mi siglo vertical y lleno de teorías… Mi siglo con sus guerras, sus posguerras…
Puedo agregar: Va por usted señor Molina, lo despido desde el Táchira infinito como ruedo, desde el centro de la plaza, con el sol arrodillado ante su muerte; con el corazón hecho montera en señal de respeto; cerrado en duelo el capote grana y oro de la fiesta tachirense, para decirle adiós en este año XXI de este siglo XXI que nos ha traído un miedo nuevo, miedo a otra muerte, a esta muerte vil que ronda por igual arenas, burladeros, palcos y tendidos, vestida con el negro traje absurdo de sombra y sombras, armada del oscuro estoque letal de esta pandemia que nos enluta el alma… Salve Señor!