Alejandro Bautista González *
En el ambiente político y en la sociedad civil organizada de Venezuela, existe el deseo implícito de exigir del poder central la descentralización administrativa hacia los gobiernos estadales o regionales y municipales. Todo ello basado en que con la descentralización se asume suficiente autonomía para resolver su destino, construyendo su propio desarrollo, basado en el profundo conocimiento y capacidades de sus ciudadanos, de recursos disponibles, calidad de sus suelos, localización y situación estratégica, entre otros muchos. Además, porque con la descentralización y autonomía asumidas, las decisiones y problemas se resuelven localmente, en menor tiempo –hecho altamente positivo-, descongestionando así el desenvolvimiento y actividad del poder central, quien también resulta ganancioso.
La descentralización es una política y un proceso que consisten en transferir responsabilidades y autonomía desde el gobierno central hacia otras autoridades e instancias. Se busca entregar las responsabilidades de producción, asignación y tareas a unidades locales que estén más familiarizadas con el entorno en la cual se debe trabajar.
Con la descentralización, el gobierno central inyecta recursos a ministerios, organismos, instituciones, gobiernos regionales, corporaciones, organizaciones funcionales o privados para que se encarguen de la planificación, administración, obtención y asignación de dichos recursos.
España es un país muy avanzado en materia de descentralización y autonomía. Su experiencia vale ser considerada. En este sentido, veamos la opinión del jurista y tratadista, Enrique Sánchez Goyanes, sobre la autonomía de las Entidades Locales: “Positivamente, la autonomía significa un derecho de la comunidad local a la participación a través de órganos propios en el gobierno y administración de cuantos asuntos le atañen graduándose la intensidad de esta participación en función de la relación entre intereses locales y supralocales dentro de tales materias o asuntos” (Constitución Española Comentada, 21ª edición actualizada, pág.197, Editorial Paraninfo 1998).Asimilar lo mejor de la experiencia española es positivo para Venezuela.
Con gran satisfacción puedo aseverar que el libro PROYECTO PAIS Venezuela Reconciliada…Vía Constituyente, editado en San Cristóbal, Edo.Táchira, bajo la responsabilidad del Movimiento Independiente Democrático, MID, al referirse a la Descentralización y Autonomías Regionales, argumenta con razón, la necesidad que tiene “… El Estado Federal de dotar de suficiente autonomía administrativa y recursos a los entes regionales (gobernaciones y municipios), para mejor gobernanza y gobernabilidad…” De nada sirve que el pueblo participe y apoye a sus mandatarios locales para mayor eficacia, calidad y óptima orientación de su gobernanza o “una nueva forma de gobernar” en la globalización, si contrariamente, quienes detentan el poder central actúan con capciosa negligencia en detrimento de las regiones que disponen del recurso y capital humano, capacitado para dirimir y tomar decisiones que el “excesivo centralismo”, desestima. Es indispensable legislar a tal efecto.
La descentralización tiene no solo un valor administrativo, sino también una dimensión cívica, ya que aumenta las oportunidades para que los ciudadanos se interesen en los asuntos públicos, acostumbrándose a usar la libertad. Estas libertades locales, activas y persistentes, nacen como el contrapeso más eficiente contra los reclamos del gobierno central, incluso si estuvieran respaldados por una voluntad colectiva e impersonal.
Toffler dijo que la planificación burocrática centralizada y de estilo industrial sería reemplazada por un estilo más abierto, democrático y descentralizado al que llamó «democracia anticipatoria». El libro del futurista John Naisbitt de 1982, Megatrends, estuvo en The New York Times Best Sellerlist, durante más de dos años y vendió 14 millones de copias. El libro de Naisbitt describe 10 «megatendencias», la quinta de las cuales es “de la centralización a la descentralización”.
La descentralización se impondrá en Venezuela, porque el pueblo lo necesita y así lo exige y es la tendencia en Latinoamérica, vista la experiencia positiva de los más desarrollados países del mundo. Pero para que se dé la descentralización y autonomía para los Estados o regiones y municipios, se requiere el cumplimiento de un proceso y condiciones previas que deben ser consideradas a fin de determinar con justicia la pertinencia y capacidades de cada región o municipio. Materia esta que se continuará esbozando a partir de la siguiente publicación.
*Doctor en Cooperación Internacional. Integración y Descentralización: Los Desafíos del Desarrollo Internacional