Muere en enfrentamiento funcionario de la Policía Metropolitana de Cúcuta
8 de mayo de 2024
Hogan Vega y Dorli Silva
En la ciudad de San Cristóbal, al salir de las fiestas navideñas, se preparan las ferias y fiestas de San Sebastián. Se disfruta para mostrar la cultura, la economía, el emprendimiento, el comercio, las bondades de la frontera, el deporte y la cordialidad de los que hacen vida en el estado Táchira. De allí que el ciudadano, tanto el común como el organizado interactúan con los visitantes y se genera un intercambio cultural, comercial, deportivo, etc. Ello está en consonancia con las actividades necesarias, para tener un momento de felicidad y satisfacción personal.
Por consiguiente, un pueblo que disfruta lo que tiene, es un pueblo que entiende que la vida es la gran maestra, así como también lo es la muerte, su antónimo. Se abre la mente para interpretar que el tiempo pasa en un abrir y cerrar de ojos; lo anterior lleva a disfrutar cada momento, cada interacción, cada acción, el día, la noche, la familia, los vecinos, con la sensación de tener una felicidad plena.
El humano entiende por felicidad, lo que indica el Diccionario de la Lengua Española, DLE (2023), de la Real Academia Española, en su primera acepción: “Estado de grata satisfacción espiritual y física” (p.1). Por otra parte, la tercera acepción señala: “Ausencia de inconvenientes o tropiezos” (p.1). Ello permite pensar que todos los días se presenta la oportunidad de ser feliz; si no fue posible ayer, se puede intentar hoy; si no es posible hoy, la vida dará otra oportunidad mañana.
La vida humana es muy frágil, lo que la hace muy susceptible de caer en la plenitud de alcanzar el éxito o el fracaso. Son instantes decisivos, en los que se juega la existencia; son las acciones necesarias para alcanzar la felicidad. La felicidad es el fin último porque no es un medio para nada más; es el final de la serie de los para qué. No tiene sentido alguno preguntarse para qué se quiere ser feliz; es algo que se quiere por sí mismo y da sentido a todo lo demás. A medida que se avanza en el conocimiento y en la madurez, se resuelven, de un modo personal, los problemas fundamentales de la existencia; para lograrlo, se vive siempre entre los instantes fugaces y la eternidad absoluta. Es decir, entre opiniones variables y verdades eternas.
Asimismo, considerar la vida en un instante es la grandeza del discurso y, a la vez, su mayor peligro. Se ponen a prueba ideas y creencias que han dado consistencia y sentido a una vida auténtica, fundamentada en verdades reconocidas. Se rechaza una vida basada en opiniones y creencias ciegamente asumidas. La experiencia de vida sitúa, al ser humano, ante la aventura de confirmar lo que es, lo que piensa, aquello en lo que se cree, a través de lo que se dice.
A lo largo de la historia, aparece el filósofo de la Grecia clásica, en el siglo V a.C., Sócrates, quien pensaba que el hombre se comporta mal porque es ignorante; es decir, porque su inteligencia interpreta erróneamente; cree ver el bien donde en realidad no existe; considera como bueno algo que en verdad no lo es. Sócrates se planteó tres (3) filtros: La verdad, la bondad y la utilidad. A juicio del sabio, éstas son las preguntas que toda persona se debe formular antes de decir algo. La primera: ¿Estoy seguro de que lo que voy a decir es cierto? La segunda: ¿Lo que voy a decir es bueno? La tercera: ¿Es necesario decirlo?
De acuerdo con la postura de Sócrates, se debe entender que cada ser humano no se puede traicionar a sí mismo; lo más importante es entender que lo que se hace, es lo más importante para cada persona. En caso contrario, se considera una traición a lo que se hace y se dice. Cada persona debe enamorarse de lo que dice y habla; cada quien debe sentir en su corazón, que ama lo que realiza con toda la pasión de su vida. También puede buscar la forma de enamorarse de lo que hace. Todo lo demás son factores perturbadores de la vida, el país, el planeta; por tanto, es mejor que cada individuo tome conciencia de no traicionarse a sí mismo. Que no pierda tiempo en hacer y decir cosas que no le apasionen; la vida brinda oportunidades diarias para que pueda apasionarse, sin que tenga excusa alguna. Solo se debe evitar engañarse, tanto personalmente como en el trabajo, en el matrimonio, en las relaciones, en lo que se hace y dice. Es hora de preparar el escenario para dar el cambio; por ejemplo, si sus padres le dicen estudie la carrera x, y los complaces, cuando obtengas el título, que no querías, te has traicionado a ti mismo; has perdido cinco (5) años de tu vida. En las parejas se observa, a diario, el miedo a que uno deje al otro, el mayor amor es por ti; en el trabajo, si no te sientes bien con lo que haces, igualmente es una traición para ti. Si tienes una empresa o comercio, y si no puedes irte y que las cosas sigan funcionando, no tienes libertad y creaste un monstruo, que domina toda tu vida; te traicionaste y por tal motivo alejaste la felicidad.
En consecuencia, en el argot popular, se dice que es gente sin alma; para otros, son unos desalmados, que viven a diario en un caos; como personas viven en una traición, sin poder adueñarse de las cosas o las situaciones. Tampoco se piensa que cada cosa o situación te tiene que hacer feliz; se debe crear la libertad y no cárceles; no se cuida nada, ni la salud, el ambiente, la familia, los amigos, el trabajo, etc. Se debe vivir con una maleta llena de cosas de valor, recuerdos inolvidables, momentos felices, la familia, los amigos, los viajes. Si se tiene conciencia de la vida, se alimenta el alma a diario, se empieza a sonreír, a cultivar el corazón, a colocar en su sitio, en su puesto, se lograría eliminar la traición de las vidas humanas. En definitiva, la vida ofrece muchas cosas o situaciones, de las que se puede aprender o, por otra parte, ser fuente de enseñanzas.
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