La existencia del libro ha estado ligada a una singular fiesta del conocimiento, el saber y el pensamiento. No obstante, ha habido en ese devenir puntos muy vergonzosos representados por la quema de libros o la destrucción de bibliotecas simbolizada en la de Alejandría, fundada por Ptolomeo, que llegó a contener 500 mil volúmenes. Acciones bárbaras y detestables, ocurridas desde que los trazos de la escritura cuneiforme, lograda por la civilización sumeria 3.500 años a.c., junto a las que aparecieron posteriormente que vienen marcando civilizaciones y pueblos hasta nuestros días.
De manera que al margen de esos percances, así como los que puedan representar los libros malos o mediocres, el libro ha sido un símbolo especial de buenas realizaciones de la humanidad. La vida del libro ha pasado por diversas etapas y en cada una de ellas las condiciones han sido diversas. A partir de la creación de la escritura y la lectura y su consecuente difusión en el planeta, surgieron diversos soportes que sirvieron para expresar lo que los humanos deseaban decir, dar a conocer y sobre todo, trascender a través de esos mensajes que dejaban cifrados para la posteridad. Muchos han sido los soportes de la escritura: la piedra, la madera, el bambú, el papiro, el rollo o volumen, el pergamino, la seda, el papel como gran descubrimiento de los chinos llevado a Europa por los árabes en el siglo VIII y luego, el códice que era un conjunto de hojas cosidas de forma rectangular que le dio características específicas al libro.
En todo ese largo trayecto igualmente surgieron grandes aportes a la idea de publicar a partir de la labor de los escribas, los copistas y los editores. Pero el hecho que potencia y masifica el libro es, sin duda, el logro de la imprenta de tipos móviles de Gutenberg. Desde allí el mundo, el conocimiento y el saber se modificaron y siguen transformándose con la compañía del libro, su fuerza e influjo que garantizan su vigencia.
El relato anterior viene al caso porque el pasado jueves, en los espacios de la Librería Sin Límite, con el entusiasta auspicio de Julieta Cantos, nos reunimos un buen número de seres para hacer la presentación formal del más reciente libro de mi autoría publicado por la Editorial Laboratorio Educativo, incluido en su colección Cuadernos de Pedagogía, titulado La Radio en la Escuela. Experiencias de Radio y Educación. De la Escuela en la Radio a la Radio en la Escuela.
Fue un rato especial. Hablamos, expusimos, preguntamos, respondimos, opinamos en tono de buen afecto, con el calorcito de una criollísima piñita, en un verdadero rito de veneración de ese elemento, el libro, que contiene a un tiempo o por aparte, luces y sombras, aclaraciones o interrogantes, afirmaciones, negaciones, emociones, sentimientos, utopías, desalientos, esperanzas, pero sobre todo vida para seguir disfrutando con él la alegría, el afecto y el saber.
Gustavo Villamizar D.