El título que encabeza este artículo lo tomamos de un capítulo de la 2ª. Edición de nuestro libro “El hombre y sus inquietudes”(por publicar). Del presente se harán dos o tres entregas.
Cuando expresamos los vocablos hombre o mujer no estamos aludiendo solo a la tangible figura humana que percibimos visualmente ocupando un espacio. Lo más importante del ser humano es lo invisible, lo intangible, lo que hay dentro de él, lo que podríamos denominar el aparato intelectual o psíquico, para darle un nombre. Allí, en ese oscuro e intangible mundo, reside la verdadera razón de ser del hombre; sí, allí están su intelecto, su emotividad y su vida de relación, que sonlas fuentes generadoras de las tormentosasinquietudes que no nos dejan vida tranquila.
La existencia de los seres humanos transcurre toda sobre la Tierra y dentro del aire. Ciertamente, vivimos dentro de la acogedora atmósfera. Gracias a ella respiramos, que es lo esencial para nuestra subsistencia.Pero, además de esa gaseosa atmósfera, estamos inmersos en otra, en la cultural. Esta atmósfera cultural está formada por elementos intangibles, como lo son: la mente, el espíritu, el alma y la vida psíquica e intelectual. O sea, vivimos, actuamos y nos desempeñamos dentro de dos mundos, si es correcto así afirmarlo: En un mundo físico tangible y, en otro,en el cultural, intelectual yespiritual. Bien sabemos que el mundo físico no fue creado por el hombre, éste allí no metió mano.Pero, en su afán de hallar comodidades, ha extremado sus cuidados en tratar de modificarlo para adecuarlo a la satisfacción de necesidades. No así el mundo cultural, que sí es hechura y patrimonio exclusivo de los seres humanos, quienes, gracias a su intelecto, a su capacidad y voluntad propia, pueden crearlo, cultivarlo, modificarlo y enriquecerlo. Son las maneras como el hombre puede sobreponerse y elevarse mentalmente en búsqueda de la mejor convivencia humana de la cual él es el centro y donde con su actuación y con su vida, si son ejemplares y fecunda su trayectoria, sembrará trascendentales e imborrables huellas.
Entonces, es el hombre el ser más importante que existe sobre la Tierra porque está dotado de la misteriosa capacidad de pensar y razonar y, además, del privilegio de poseer virtudes y sentimientos. Indiscutiblemente, es amante de la sabiduría, por ello diremos que es un filósofo, acogiendo el concepto etimológico que los antiguos griegos le dieron a la palabra Filosofía.Y, por ese insaciable deseo de saber yde aprender cada vez más, no detiene sus afanes de inventar, descubrir, interpretar y tratar de entender los misterios de la Naturaleza para, con todo ello, lograr progreso y desarrollo en los aspectos culturales, económicos y sociales.(hasta próxima entrega). (Eliseo Suárez Buitrago) /