En los tiempos de la democracia representativa, y bajo el dictado político de la democracia social, se constituyeron nuevas formas de organización de la sociedad, distintas de los gremios, colegios profesionales, sindicatos, ligas agrarias, centros y federaciones estudiantiles, federaciones y centrales obreras y de trabajadores; estas, formaban parte de la denominada democracia corporativa; donde los partidos políticos pujaban por tener el control, y con ello convertían estas instancias, en sectores sociales, cuya representación primero, y postura política después, representaban una línea partidista. La nueva forma de participación se concibió en la primera Ley de Régimen Municipal, y fueron las asociaciones de vecinos.
De esta forma el ciudadano se preparaba para ejercer una vida más democrática desde ésta organización, en su barrio, urbanización o sector. Ésta constituyo sin lugar a dudas una forma de participación en los asuntos públicos.
Aún y cuando los partidos políticos querían controlar estas instancias, siempre existían independientes que también ganaban estas posiciones. Los partidos contaban con estructuras locales que les permitía nuclear en torno a sus candidatos la posibilidad de copar los puestos de las asociaciones de vecinos. Los partidos por demás frente a esta nueva realidad, asumieron la creación dentro de sus organizaciones de las secretarias de asuntos municipales, derivada de la importancia que está tenían y ganaban espacio en la sociedad.
Llegada la involución comunista al gobierno de la mano de Chávez, en la primera reforma de la Ley de régimen Municipal, eliminaron las asociaciones de vecinos, como expresión de la organización social. El propósito, del gobierno era claro, tenía que eliminar la organización de la sociedad para crear los consejos comunales.
De esta manera comenzaron eligiendo con esquemas de manipulación, estos primeros consejos comunales, que desde hace unos años los designan de forma directa desde funda comunal, y con ello llevan 42 mil consejos comunales y 10 mil comunas.
La estructura del estado comunal descansa sobre el consejo comunal. ¿Pero, sobre cual estructura descansa territorialmente la organización de la sociedad, si no existen asociaciones de vecinos?; pues aquí, es donde los partidos no entendieron, que la ley permitía la creación por medio de ordenanzas de participación ciudadana, la constitución de organizaciones locales.
Las cámaras municipales que controlo la oposición, no aprobaron estas ordenanzas, y dejaron a la sociedad, sin la posibilidad de contar con estas estructuras; solo por la razón, de considerar que la estructura idónea para la organización serían los comités locales de sus partidos y con ello, seguir con la hegemonía de la representación política.
Con lo que no contaron los partidos, fue con su propia disgregación; hoy esos comités locales no existen, y tampoco organizaciones ciudadanas reconocidas para equilibrar horizontalmente al consejo comunal en los sectores.
Grave error cometieron los concejales de oposición, por omisión. Así como cometer el error de no acompañar la elección de los consejos comunales, con el argumento de ser ilegales.
¿Tiene la oposición democrática, estructura de base? No, no la tiene; ni los partidos ni los movimientos sociales, ni las ONG, tiene estructura de base.
Esta es la tarea más importante por hacer, bajo un esquema de organización cierto, desprendido del control partidista. Sin estructuras de base, no existe la posibilidad de articular ni presionar protestas pacíficas; así como se evidencia nuevamente, que en este proceso electoral falto el 60% de testigos electorales; es por falta de unidad de propósitos y medios; pero fundamentalmente por no existir, organización de base.
Para cualquier fórmula y ruta, de todas las que se proponen, todas carecen de la fórmula del éxito, la organización de base; sin ella, no es posible, exigir elecciones libres con nuevo CNE, no es posible constituyente, no es posible transición ordenada, no es posible presionar la salida.
Sin organización de base, no existe movimiento de masas.
Esta es la tarea que nos debe convocar, sin ella el 10 de enero será solo una fecha para los pronunciamientos solo de la comunidad internacional.
Carlos Casanova Leal