Un nuevo sicariato en La Parada
14 de octubre de 2024
Hogan Vega y Dorli Silva.
La academia está llamada a presentar alternativas de solución en el proceso de la ZIF, al considerar la interdisciplinariedad y la complejidad del intercambio entre sociedades limítrofes, que promueven el trabajo de unificación para motivar, promover y estimular las necesidades de cooperación y desarrollo fronterizo. De ahí que el estudio de las diferentes disciplinas involucradas en la integración económica, es acorde con la demanda de conocimientos requeridos para comprender las interrelaciones y dinámicas de los territorios involucrados. Ellos son, en el departamento Norte de Santander, en Colombia, doce (12) de sus municipios: Cúcuta, Chinácota, El Zulia, Herrán, Los Patios, Pamplona, Pamplonita, Puerto Santander, Ragonvalia, San Cayetano, Toledo y Villa del Rosario. Asimismo, quince (15) municipios del estado Táchira, Venezuela: Ayacucho, Bolívar, Cárdenas, Córdoba, Fernández Feo, García de Hevia, Independencia, Junín, Libertad, Libertador, Lobatera, Pedro María Ureña, Rafael Urdaneta, San Cristóbal y Torbes.
Es necesario realizar una reseña histórica breve de ambos lugares, departamento Norte de Santander y estado Táchira. En Norte de Santander, la gran característica de esta zona de frontera consiste en el desarrollo de la industria petrolera en el Catatumbo; al mismo tiempo, se cultivó café en Salazar de Las Palmas; el resultado fue que la ciudad de San José de Cúcuta se universalizó en el mundo del comercio internacional. En tal sentido, el café como producto, gracias a su sabor estimulante y alto consumo, fue el detonante que desarrolló el proceso de comercio e integración; en razón de ello, Cúcuta tuvo el primer ferrocarril de Colombia, que utilizó la ruta Cúcuta–Maracaibo, para acceder hacia Aruba, Bonaire y Curazao, y de allí a Italia, para la comercialización del café. Ello significó desarrollo comercial; por otra parte, la región tiene bondades de minería como el carbón y un gran auge en el sector agropecuario; adicionalmente la naturaleza la dotó de petróleo, lo que le permitió explotar el primer pozo petrolero en el Catatumbo. Cabe considerar, por otra parte, que ello permitió el desarrollo de esa región; asimismo, la frontera no tenía tantas limitaciones en sus pasos fronterizos, como ocurre en la actualidad. Dicha zona limítrofe entre Colombia y Venezuela se consideraba ya integrada; en otras palabras, el café se desarrolló no solamente en Salazar de Las Palmas, en Norte de Santander,sinoque se extendió a los estados Táchira, Mérida y Trujillo, en Venezuela. Se sumaron los procesos de comercialización del carbón y la infraestructura vial, mediante el ferrocarril.
En la población de la Fría, municipio García de Hevia, estado Táchira, se unían tanto el Ferrocarril de Cúcuta como el Gran Ferrocarril del Táchira (inaugurado en 1895). De ahí se comunicaban con la población de Encontrados, del estado Zulia, para llegar finalmente a la ciudad de Maracaibo, con grandes cargamentos decafé tanto tachirense, como del Norte de Santander. De manera que resulta claro que la integración entre el Norte de Santander y el estado Táchira era considerada, por todos, como una sola familia. Este fenómeno de integración familiar se desmoronó, por una serie de problemas; en primer orden, la política, que generó inconformidades e impedimentos en la frontera; seguidamente, el contrabando. Asimismo, otros factores de orden legal en las relaciones comerciales, sin dejar de nombrar grupos armados que actúan de forma irregular al margen de la ley, entre otros problemas.
Por consiguiente, es un hecho trascendental continuar con las ideas de integración binacional con un enfoque político, institucional y económico, en el marco interdisciplinario del conocimiento acerca de los vínculos urbanos y rurales de la construcción de políticas inclusivas mejores. Ello dará a conocer dinámicas e interacciones que generen desarrollo, por medio de la producción de conocimiento a través de las universidades, que se encargarán de su difusión e innovación.
Las universidades involucradas deben realizar un estudio que contemple una caracterización socio – económica (social, económica, política, cultural, turística, deportiva, histórica, geográfica, ambiental), así como una identificación de los principales vínculos urbanos y rurales de los actores y aliados estratégicos. En consecuencia, aunque el desarrollo de la ZIF dependa, en grado alto del entendimiento entre los gobiernos nacionales, se debe continuar el trabajo con las poblaciones fronterizas, universidades e instancias gubernamentales regionales, locales y comunales, para lograr la puesta en práctica de una integración fronteriza.
Las relaciones bilaterales sólo pueden ser resueltas por los gobiernos nacionales; los encuentros y desencuentros tienen impacto directo en las zonas de fronteras. Es de resaltar que la integración económica, desde el punto de vista del economista sueco Gunnar Myrdal, implica: “que parte del fracaso de la integración económica son las disparidades que existen entre las naciones, sobre todo en relación con las subdesarrolladas, dada la pobreza de la mayor parte de su población. En este sentido, “impide que haya suficientes recursos financieros, hace que estos pueblos no puedan por sí solos levantar una gran fuente de capital, para sostener una infraestructura física y social muy avanzada”.
Según la posición crítica del autor mencionado, y de acuerdo con los teóricos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas, responsable de promover el desarrollo económico y social de la región (creada en 1948), el proceso de industrialización en Latinoamérica se ve limitado debido a factores estructurales internos. Entre ellos se destacan una estructura productiva deficiente, malas prácticas en la utilización de los recursos disponibles, un desempeño deficiente de las instituciones y los mecanismos financieros; una economía rural estancada y, por ende, atrasada; la ausencia de una base tecnológica endógena; pobreza, desigualdad en la distribución del ingreso y la riqueza; y la incapacidad financiera del sector público. Todos estos factores ponen a la región en una situación vulnerable, de cara al proceso de industrialización y una posible competencia con los países desarrollados.
En concordancia, con lo mencionado por Myrdal y los especialistas de la CEPAL, se encuentran otros fenómenos propios de la frontera, los altibajos en las relaciones colombo venezolanas, disparidad en salarios, paramilitarismo, guerrilla, hampa común, narcotráfico, contrabando, inmigración, restricciones vehiculares, caminos verdes, trata de blancas, prostitución, desigualdad en trasporte pesado, permisos sanitarios, violencia, desplazados, fuga de talentos, entre otros. Por otra parte, se encuentran algunas actividades que han producido acercamiento, tales como los intercambios deportivos, culturales, turísticos, de salud, educacionales, entre otros. No obstante, son iniciativas propias de las comunidades involucradas, más que de los organismos competentes que son los que tienen la facultad para promover el desarrollo de la red de proyectos, que puede dar fortaleza y complementación a la cooperación en la ZIF.
Ahora bien, las universidades en su vinculación con la ZIF deben velar, en su estudio, con dos (2) regiones de contextos desiguales y lecciones para aprender, orientadas hacia las políticas públicas. Los casos por estudiar existen y están afianzados en cada territorio; por tanto, involucran a actores territoriales heterogéneos, en áreas urbanas y rurales afectadas por problemas, ya mencionados. Se espera el acercamiento entre las universidades y aliados estratégicos, tanto nacional, regional como municipalmente. Por las razones expuestas, se debe involucrar a los aliados estratégicos siguientes: 1. Los responsables de las políticas a nivel nacional (asamblea nacional, ministerios e instituciones públicas con responsabilidades en los desarrollos nacional, regional y rural). 2. Interesados y responsables de las políticas, tanto nacionales, como regionales y municipales; ellos son entidades gubernamentales nacionales, regionales y municipales, cámaras de comercio, asociaciones, cooperativas, grupos de base comunitaria (asociaciones productivas, culturales, medioambientales, comunas, otros), Organizaciones No Gubernamentales (ONG) con experiencia reconocida, academia (universidades) y otros.
Sin embargo, las autoridades universitarias deben ser conscientes de que los estudios académicos que realizan las universidades, son totalmente vinculantes con las comunidades; en otras palabras, permiten avanzar en los planes, proyectos y programas que se desarrollan en la zona de integración fronteriza. Siempre se investiga sobre la forma de dar un uso racional sostenible de los recursos renovables y no renovables, contiguos, así como la promoción de mecanismos para su conservación adecuada. Además, contribuir a la conservación y utilización sostenible de los recursos naturales, al prestar un interés particular a la diversidad biológica, hídrica, etc., así como a los no renovables, tales como carbón, petróleo, gas natural, entre otros.
De modo similar, las autoridades universitarias se deben plantear objetivos que mejoren la calidad de vida de las comunidades dentro de la ZIF, basados en la recopilación de conocimiento y experiencias de las comunidades urbanas y rurales, que identifiquen el potencial de políticas flexibles en los diferentes territorios. Asimismo, fomentar sinergias entre actores diferentes que trabajan en los desarrollos agrícola, pecuario, producción, comercio, deportivo, cultural, turístico, educativo, político, religioso, etc. Por otra parte, aportar una visión de desarrollo en conjunto e integrado de las áreas urbanas y rurales, con la formación de profesionales en diferentes áreas de conocimiento y con la premisa de la sostenibilidad; se discutirán líneas de acción para la identificación y promoción de los estudios territoriales.
Del mismo modo, el fenómeno multifacético que representa la ZIF es una realidad nacional de cada país comprometido en ese proceso de integración. La universidad debe ir al encuentro de objetivos comunes entre comunidades, gobiernos regionales y municipales, cuestión crucial para identificar mecanismos formales e informales que aprovechen las oportunidades de promoción del desarrollo e impulsen mejores vínculos, para el desarrollo inclusivo de la ZIF. Tal es el caso del Convenio Andrés Bello como organización internacional de carácter intergubernamental, que favorece el fortalecimiento de los procesos de integración y la configuración y desarrollo de un espacio cultural común. Este convenio busca generar consensos y cursos de acción en cultura, educación, ciencia y tecnología, con el propósito de que sus beneficios contribuyan a un desarrollo equitativo, sostenible y democrático de los países miembros (Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, España, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Venezuela).
Sin duda, en la búsqueda del conocimiento interdisciplinario, las universidades deben formar y capacitar profesionales en líneas de investigación que ayuden en el desarrollo de la ZIF. Ello se conoce como vinculación con la problemática de cada región, ya sea urbana o rural. Por ello, se hace necesario citar al físico Albert Einstein con una de sus frases famosas: “La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado y la imaginación circunda el mundo”.
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