Opinión
La voz de la Madre al corazón venezolano
domingo 17 agosto, 2025
Pedro Morales
Introducción
La serenata en honor a la Virgen de la Consolación de Táriba, celebrada el pasado 14 de agosto, marcó un momento excepcional en la tradición mariana. Antes de convertirse en interlocutor de la Virgen, el declamador se postró completamente ante la Divinidad en un acto de entrega y humildad absoluta, preparándose espiritualmente para transmitir un mensaje celestial. Este gesto simbolizó la conexión entre la humanidad y lo divino, realzando la solemnidad del evento.
En esta ocasión especial, la Virgen, a través de la voz del declamador, envió un mensaje poético y profundo al pueblo tachirense y venezolano en general. Este mensaje, plasmado en el poema “La voz de la Madre al corazón venezolano”, no fue un simple ruego, sino un llamado auténtico y amoroso que invita a la oración sincera, la conversión cotidiana y la confianza plena en Dios.
El poema: Una voz celestial que ilumina al pueblo
I
¡Amados hijos, mi voz desde el cielo los llama!
No es un ruego, ¡es mandato que sus almas inflama!
Mi Rosario es el arma, mi oración, su luz,
para que el mundo halle en Mí su cruz.
II
No es súplica, ¡es orden de amor que les doy!
¡La conversión les pido, desde donde estoy!
Mi voz resonó en La Salette, Lourdes, Fátima,
y en la confesión, que legitima el alma.
III
Mi eco resuena en su tierra, amada nación,
como a Coromoto, di mi instrucción:
“¡Dejen la sombra, busquen la pureza y conversión,
hallen liberación espiritual y redención!”
IV
Y aquí, en Táriba, mi tierra bendita,
¡a ti, declamador, mi voz te habilita!
Ratifica mi mensaje, que no es vano ni escrito,
¡soy su Consuelo, su faro infinito!
V
Mi Consuelo es el eco de mi voz celestial,
que les llama al perdón, paz y un amor total.
Porque el milagro más grande no es pedir sin razón,
es hacer de la voluntad de Dios, su plena oración.
“El poema se distingue por su profundidad espiritual y por ser un mensaje directo de la Virgen a sus hijos, algo inusual en las serenatas religiosas. Cada verso resalta pilares clave de la espiritualidad: la oración, la conversión, la paz interior y el abandono a la voluntad de Dios. Además, reafirma a Táriba como un lugar especial de encuentro entre lo divino y lo terrenal, donde María se presenta como guía y consuelo para sus fieles.”
La fuerza de la oración como puente hacia Dios
El poema proclama: “Mi Rosario es el arma, mi oración, su luz”, dejando claro que la oración es el puente más poderoso para conectar con Dios. La Virgen nos llama a orar con el corazón, no como un acto rutinario, sino como un diálogo profundo y sincero con el cielo. Este tipo de oración, cargada de humildad y fe, tiene el poder de transformar vidas y traer paz incluso en medio de las más grandes tormentas.
En el contexto de la devoción mariana, el Rosario se presenta como una herramienta espiritual capaz de iluminar nuestras vidas y fortalecer nuestra fe. La oración, cuando se realiza con el corazón, no solo reconcilia al alma con Dios, sino que también abre las puertas a la gracia divina, como lo demuestran los testimonios de transformación incluidos más adelante.
La conversión como guía hacia la redención
El verso “¡Dejen la sombra, busquen la pureza y conversión!” sintetiza el llamado de la Virgen a una transformación interior auténtica. La conversión no es un acto único, sino un proceso continuo de reconciliación con Dios. Este mensaje invita a abandonar las sombras del egoísmo, el pecado y la indiferencia, y a buscar la pureza del corazón, la humildad y el amor.
La Virgen no solo llama a la conversión individual, sino también a la renovación de las familias y comunidades. Su mensaje resuena con especial fuerza en un contexto de crisis, recordándonos que la verdadera esperanza solo se encuentra en la fe viva y en la búsqueda constante de la gracia divina.
El consuelo y la paz que solo vienen de Dios
La Virgen, en su mensaje, se presenta como “Consuelo, faro infinito”, una guía amorosa que conduce a sus hijos hacia la paz verdadera. Sin embargo, esta paz no es simplemente terrenal; es un don divino que trasciende las circunstancias humanas. Es plenitud de vida, amor y felicidad, y solo se alcanza al confiar completamente en Dios.
El poema nos recuerda que, incluso en medio de las pruebas más difíciles, la fe nos sostiene y nos llena de esperanza. La paz que la Virgen ofrece no es transitoria, sino eterna, y está al alcance de quienes confían en el plan de Dios.
El milagro de abandonarse a los designios divinos
El verso “Porque el milagro más grande no es pedir sin razón, es hacer de la voluntad de Dios, su plena oración” nos enseña que el mayor milagro está en la capacidad de abandonarnos completamente a los designios de Dios. Este mensaje nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con Él, recordándonos que no se trata de exigir soluciones inmediatas, sino de aceptar con humildad que Dios sabe lo que es mejor para nosotros.
Este acto de abandono no solo nos acerca a la paz interior, sino que también abre las puertas a las gracias divinas de sanación, liberación y esperanza. Cuando ponemos nuestra confianza en Dios y nos sometemos a su voluntad, Él, en su infinita sabiduría, transforma nuestras dificultades en oportunidades de redención. La Virgen, en su mensaje, nos anima a confiar plenamente en esta verdad.
Testimonios de transformación: fe y milagros por la intercesión de la Virgen
- Sanación física y confesión: Una señora de Mérida, diagnosticada con un tumor terminal, acudió al santuario de la Virgen de la Consolación tras agotar todas las opciones médicas. Allí, decidió confesarse por primera vez en años. Durante la confesión, experimentó una paz indescriptible y, tras recibir la absolución, volvió a su hogar completamente sanada. Los médicos confirmaron que el tumor había desaparecido. “Fue la Virgen de la Consolación quien intercedió por mí”, dijo emocionada.
- Liberación de adicciones: Un joven tachirense atrapado en el alcoholismo y las drogas fue rescatado por la fe de su madre, quien ofreció 30 misas consecutivas por su hijo. Durante este tiempo, el joven comenzó a asistir a misa y, finalmente, decidió confesarse. Desde ese momento, su vida cambió por completo: abandonó los vicios y encontró un propósito espiritual. Hoy es un testimonio vivo de cómo la intercesión de la Virgen transforma vidas.
- Confiar en la voluntad de Dios: Una madre desesperada por la enfermedad terminal de su hijo acudió al santuario y, siguiendo el consejo de un sacerdote, oró diciendo: “Señor, que se haga tu voluntad”. Poco después, su hijo comenzó a mejorar milagrosamente. “Aprendí que confiar en la voluntad de Dios es el mayor acto de fe”, relató.
3.
Conclusión:
El llamado de la Virgen que resuena en cada corazón
La serenata del pasado 14 de agosto marcó un hito espiritual sin precedentes en la festividad de la Virgen de la Consolación. Por primera vez, a través del poema “La Voz de la Madre al corazón venezolano”, fue la Virgen quien se dirigió directamente a sus hijos, el pueblo tachirense y venezolano, con un mensaje de amor, esperanza y transformación. Sus palabras no fueron un simple ruego, sino un mandato celestial que invita a la oración sincera, a la conversión diaria y a la confianza plena en la voluntad de Dios.
Este mensaje genuino de María, único en su forma y propósito, nos recuerda que su misión no es solo consolarnos en las tribulaciones, sino guiarnos hacia la santidad. En su voz resuenan las palabras de una madre amorosa que busca que sus hijos encuentren la paz divina, esa paz que no es terrenal, sino un don que solo se alcanza a través de la fe viva y de una entrega absoluta al plan de Dios.
Hoy, al reflexionar sobre este mensaje celestial, somos llamados a responder con humildad, amor y acción. Que cada uno de nosotros tome las palabras de María como una guía para renovar nuestra vida espiritual, orar con el corazón y actuar con confianza en que Dios siempre obra para nuestro bien. Porque, como proclama el poema: “El milagro más grande no es pedir sin razón, es hacer de la voluntad de Dios, su plena oración.”
¡Al final, el Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen María triunfará!
Misión Eucarística para la liberación espiritual “Salve María Auxiliadora, economía de la salvación y de la felicidad verdadera”.
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