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La capacidad del ser humano se ha orientado a dominar las fuerzas de la naturaleza con fines constructivos o destructivos. Y en estos tiempos, las poderosas empresas de las redes sociales se están transformando en amenazas muy nocivas para las relaciones entre personas y sociedades, creando antagonismos y conflictos. La lucha es entre las potencias mundiales de naturaleza liberal y dictatorial por la disponibilidad de capacidad cibernética para espiar e intervenir en las actividades domésticas de otras naciones a fin de lograr objetivos políticos que favorezcan sus propios intereses. La lucha actual es entre Vladimir Putin, dictador vitalicio en Rusia apoyado por China con la idea de crear un cuarto imperio ruso estalinista, Kim Jong-Un en Corea del Norte y Donald Trump, entrampados en una guerra nuclear para conservar el poder. Esta alianza de estos tres personajes y las poderosas empresas cibernéticas para influir en la política, la economía y las sociedades de las naciones, sería un coctel explosivo para intervenir en la seguridad y la paz del universo.
Esta circunstancia es particularmente siniestra, porque las plataformas informáticas de redes internacionales y nacionales son capaces de manipular la mente emocional impulsiva y la racional de las personas para actuar en algunos casos y sin darse cuenta interfieren en la conducta tanto individual como colectiva, afectando el proceso social de las democracias. Las sociedades abiertas o liberales y comunistas o socialistas, están en crisis y surgen diferentes dictaduras o Estados tramposos con tendencias a permanecer en el poder en forma indefinida, donde se incluye a los Estados Unidos con la reciente elección de Donald Trump, no siendo fácil al disponer de normas constitucionales y una sociedad civil organizada y participativa. La capacidad de la humanidad para dominar las fuerzas de la naturaleza por medios convencionales está siendo sustituida por mecanismos digitales no convencionales dominantes y silenciosos sin la necesidad de confrontaciones abiertas.
Las empresas tradicionales del desarrollo sustentable de los países como el petróleo y la minería, explotan el medio físico de las naciones y las empresas de la cibernética digital se benefician con el entorno más preciado de una nación, utilizan la mente racional y emocional, recurso más valioso de la sociedad. Las redes como el Internet son plataformas de rendimiento marginal y de penetración creciente, siendo asombroso su avance y transformación. Estas empresas tienen una posición arbitraria a nivel universal, basada en la ampliación permanente de sus redes les hace más rentables y adquieren mayores niveles de seguridad operativa, siendo altamente competitivas en todos los sectores, incluyendo la seguridad y defensa. Engañan a los usuarios, ya que manipulan la atención de los votantes y el colectivo en general, dirigiéndolos deliberadamente a objetivos preestablecidos y diseñan servicios informáticos, creando una adicción nociva para la salud utilizando la técnica de los juegos de azar de los grandes casinos.
Esta nueva guerra cibernética de mensajes, combinando la verdad con la mentira y fantasías intencionadas sobre los acontecimientos políticos, económicos y sociales, con la finalidad de crear expectativas, esperanzas, frustraciones, conformismo y hasta convencimiento de un fenómeno posible. Estamos en un proceso de destrucción de libertad de pensamiento y cuando se llega a crear una matriz de opinión adversa y antagónica que lleva a la llamada “propaganda gris y negra”, con consecuencias impredecibles entre personas y grupos sociales. Esta técnica en las operaciones psicológicas del campo militar, constituyen las armas letales en el cumplimiento de la destrucción de la capacidad de reacción de las fuerzas combatientes enemigas y útil para hacerle honor al famoso concepto de Von Clausewitz: “La política es la continuación de la guerra por otros medios”.
*General de Brig. [email protected] / @rovirov
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