Según cifras del propio CNE en el Municipio Maturín la abstención en las pasadas elecciones del 9 de diciembre se ubicó en un 70,58%, cifra que no se distancia mucho de la reflejada a nivel nacional pero que a pesar de la misma, el GPP y el PSUV, obtuvieron la mayoría de los 178 concejales del estado Monagas con una participación de electores que rondó el 28% de los votos, en una población de más de 374.943 electores inscritos y de los cuales sufragaron sólo 110.317 personas (El Universal).
Como lo hemos dicho en anteriores artículos sobre el tema, los resultados electorales apenas comienzan a ser analizados y su balance además de favorecer al chavismo, donde deja muchas incógnitas y a una oposición contra la pared por su terca insistencia de abstenerse (con algunas excepciones) y buscar atajos y la vía violenta para derrocar al gobierno, deberá servir como una lección aprendida.
La ceguera de la oposición también se puso de manifiesto en el Municipio Maturín y en todo el estado Monagas, donde los antiguos feudos de AD y de Copei quedaron para la historia y su pasado glorioso fue enterrado por el chavismo; este último estamos seguros, cogerá un respiro con los nuevos concejales ya que se asoma un desgaste significativo y el mismo quedó reflejado en el resultado electoral del pasado 9 de diciembre.
Una de las características de las recientes elecciones y el de la escogencia de los candidatos a concejales en las fuerzas del Gran Polo Patriótico (GPP) y del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y de la Oposición (AD, Copei, MAS, PJ y VP), fue la participación de gallos tapados quienes hasta última hora de la campaña no eran conocidos por el electorado, el cual a duras penas gracias a la maquinaria logró convocar a un pírrico 28% de los votantes.
Cuando ya comienza la Navidad junto a la época de Año Nuevo para todos los venezolanos – quizá un poco cansados – queremos apartarnos de la época electoral con cabeza fría para dar paso a los análisis de los partidos y las fuerzas de la izquierda en el Gobierno, quienes se despiertan porque ahora deberán cumplir un gran compromiso.
En el caso de Maturín, conocida desde la época de la euforia adeca con Alfaro Ucero como la “Ciudad Distinta”, la verdad verdadera es que actualmente se encuentra bien “distinta”; sobre todo por la pésima gestión de un Alcalde “chavista” sacado de la copa del sombrero de un payaso de circo y quien pensamos sólo sirvió para convertir a Maturín en una ciudad oscura y gris, para desgracia y desdicha de los maturineses.
Volver la mirada sobre la ciudad “Sultana del Guarapiche” es encontrar muy a pesar de los centenares de personas que limpian con cuadrillas las avenidas y calles (pagados por la Gobernación), a centenares de huecos a montones, alcantarillas y brocales rotos, tapas de boca visita y de servicios eléctricos al descubierto (se roban las tapas), el alumbrado destruido, los parques descuidados y a la merced del hampa.
En el conocido zoológico del Parque “La Guaricha”, los animales desaparecieron y hasta los monos y los tigres se los comieron algunos trabajadores en sus sancochos y sólo quedaron tres burros, quienes deambulan y duermen su siesta en el único sitio que existe para el esparcimiento de las familias humildes de la capital de Monagas y donde pueden pasear a sus niños, todos los sábados y domingos, así como también los días de fiesta de Navidad, Fin de Año y de los Reyes Magos.
En las infraestructuras conocidas como el Complejo Cultural de Maturín y el Museo Mateo Manaure se ofrecieron en campaña un bulevar y locales para ventas de los artesanos y cultores populares, allí ahora sólo quedan y pululan vendedores ambulantes o “bachaqueros” por montones a quienes los acompaña una plena oscuridad.
La Catedral Nuestra Señora del Carmen hoy luce sin adornos y sin sus luces en las torres las cuales deberían encenderse en La Navidad y que han ido desapareciendo poco a poco (herencia del Gato), porque sufren además por la falta de apoyo de parte de la Alcaldía y de la Gobernación.
Los adornos de la ciudad este año – a diferencia de los años anteriores y de la campaña que se hace en la capital de la República en esta Navidad – lucen desolados y con unos pobres adornos, los cuales dan pena ajena y no se observa ni un solo arbolito de Navidad.
Es muy importante que al comenzar la gestión de los nuevos concejales del Municipio Maturín y demás Alcaldías de Monagas en el año 2019, los ediles se conecten con el pueblo y no hagan lo que han hecho algunos diputados de la Asamblea Nacional Constituyente y de la Asamblea Nacional (país único en el mundo con dos Asambleas y todos sus diputados pagos). Los diputados se apartaron del pueblo.
Es necesario que la gestión de los concejales de Monagas y de todo el país reivindique a la Revolución y acabe de una vez por todas con el síndrome de la burocracia, la cual tanto se le criticó a la IV República para hoy reinar y pretender hundir a la Revolución Bolivariana.
En Maturín los concejales deben ponerse las pilas junto al Alcalde, para que deje de ser oscuro y fantasmal, por haber descuidado la ciudad y producir pena ajena hasta en los propios revolucionarios, quienes no atrevemos a calificarlo como un fantasma inmobiliario al clamar por un referéndum revocatorio. La gestión comunal debe prevalecer por encima de todo los obstáculos: “Comuna o nada”.
Al iniciarse la gestión municipal del año 2019, los concejales electos deben hacerse sentir porque el descuido y el abandono de la “Ciudad Distinta” da pena ajena hasta en los propios revolucionarios y en todos los chavistas, quienes “resistimos con valor” junto a Juana “La Avanzadora” en la capital de Monagas.
¡Concejales de Venezuela! llegó la hora de la verdad y la de ponerse a trabajar muy lejos de la burocracia. No hay tiempo que perder para no tener que lamentarnos mañana, de los oscuros intentos de la derecha por impedir la profundización y el avance de la Revolución Bolivariana.
A partir del próximo 10 de enero del nuevo año 2019, todos unidos con el Presidente Obrero Nicolás Maduro debemos frenar los ataques del imperio y los de la oposición parasitaria contra la Revolución de Chávez; es decir, nuestra Revolución Bolivariana.
¡Unidad, lucha, batalla y victoria!…¡Venceremos!
¡Amanecerá y veremos!